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Reportaje:Los sobornos políticos

Las líneas maestras del 'manual del corruptor'

Juan Arias

J. A. Junto a la figura del arrepentido, tan típicamente italiana y que va desde el terrorismo a la Mafia y a la Camorra, existe ahora también la figura del corruptor de profesión. La ha explicado el personaje que consiguió corromper a casi toda la clase política de la ciudad de Turín, arrastrando a la cárcel con él a 18 personajes de la Administración, empezando por el primer teniente de alcalde de la ciudad, el socialista Enzo Biffi Gentile. Se llama Adriano Zampini y es joven y guapo. En la cárcel ha escrito una especie de manual del corruptor, del que ha publicado un resumen el semanario L'Espresso. Zampini, que se encuentra pendiente de ser procesado, afirma que hay mucha gente que sigue "pidiéndole consejos".

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1.000 procesados por año

Algunas de las técnicas infalibles -según él- para corromper a un hombre político italiano, en cualquiera de las ciudades, y en cualquier partido (aunque confiesa que "los comunistas son los más difíciles), son las siguientes:

1. En las citas para entregar el dinero de la corrupción, ser tan puntual como un reloj suizo.

2. Mantener una actitud de inferioridad ante el corrupto y, al mismo tiempo, mostrarse expertísimos en las materias que el corrupto no domina, como, por ejemplo, problemas financieros y asuntos de mujeres.

3. Ser discreto y muy reservado. Nunca se le debe tutear ni saludar en público; pasar como un desconocido ante sus secretarias, y mucho más después de una noche de juerga.

4. Convertirte en confidente suyo y, si llega el caso, en confesor, para que tenga plena confianza en ti.

5. Jugar recíprocamente con las confidencias de cada uno. Y, si es necesario, inventar. Que sepan o crean que se sabe todo de todos.

6. Hablar siempre muy poco con la gente.

7. Saber que un político que llega a un puesto importante desde el que puede conceder favores necesita gente de confianza a su lado. Por eso hay que ganárselo en seguida, mientras está aún desorientado.

8. Saber que todos los políticos, casi sin excepción, son extremadamente sensibles, sobre todo al dinero.

9. Con los comunistas, que son los más difíciles para aceptar dinero, hay que comportarse de una forma diferente. Cuenta de un caso en el que él mismo estuvo levantándose tempranísimo todos los días durante un viaje para acompañar al político comunista a la sauna, hasta que acabó ganandóselo.

10. Es importante crearse una red de complicidades recíprocas entre políticos corruptos de distintos partidos y después repartirse equitativamente el dinero ilegalmente conseguido. Conviene tener en cuenta que algunos prefieren el poder al dinero.

11. Una estrategia importantísima es organizarles viajes "de estudio", en los que haya mucho tiempo para juergas. Dice que, lejos de sus casas y de sus mujeres, los políticos caen en el cepo como moscas. Y que tras un viaje de esos, en los que han acabado "echándose a la cara puñados de caviar en los burdeles" o divirtiéndose en "cines pornográficos", todo resulta mucho más fácil.

Cuenta Zampini que sólo un político le falló en un caso: le había enviado para Navidad una caja de bombones con 200.000 pesetas dentro. "Se quedó con los bombones y me devolvió el dinero con una carta en la que decía: 'Me pagan ya lo suficiente para llevar una vida digna'". Pero no lo denunció.

Y asegura que nunca hubiese pensado que fuese tan fácil que los hombres públicos aceptasen con tanta facilidad, la tangente, es decir, la corrupción.

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