La destrucción de los recursos vivos
Los recursos vivos necesarios para la supervivencia del hombre y para un desarrollo sostenido se agotan o están siendo destruidos de forma acelerada, mientras que aumenta paralelamente la demanda humana de estos recursos. Si el deterioro de las tierras continúa al ritmo actual señala el informe Estrategia mundial para la conservación, de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza- casi una tercera parte de las tierras de cultivo del mundo quedará destruida dentro de 20 años.Se estima que a finales de este siglo quedará en pie solamente la mitad del área de los bosques tropicales productivos no explotados. Durante este mismo período la población mundial aumentará en un 50%. Pasará de 4.000 millones d seres humanos a 6.000 millones. Esta acción se agrava con los volúmenes desproporcionados y elevados de consumo de recursos que se registran en los países desarrollados. Un suizo, por ejemplo, consume tanto como 40 somalíes.
El mantenimiento de los procesos ecológicos y los sistemas vitales esenciales (regeneración de los suelos, reciclado de las substancias nutritivas y purificación de las aguas) se hace más necesario por cuanto existen amenazas muy serias para la agricultura, los bosques y los sistemas de las costas y de los cuerpos de aguas continentales. Tan sólo el 11 % de las tierras del planeta no impone un límite a la agricultura. El resto padece de sequía, de deficiencia de minerales, de insuficiencia de caudales, de inundaciones o de heladas. En tan sólo 800.000 kilómetros cuadrados la pérdida anual de los suelos se estima en 6.000 millones de toneladas.
Los bosques, que, además de suministrar madera, ejercen un efecto vital para los seres humanos -influencia en el clima y contribución al suministro de agua dulce- están siendo arrasados por la civilización tecnológica y por las necesidades de desarrollo de los países no industrializados. En Estados Unidos, por ejemplo, cada año se almacenan más de mil millones de metros cúbicos de madera cortada.
Las acciones de los ecólogos van también encaminadas a permitir el aprovechamiento sostenido de las especies y de los ecosistemas que constituyen la base de millones de comunidades rurales y de importantes industrias. En el mundo, la mayor parte de las proteínas (el 65%) procede de las plantas -sobre todo de cereales, habas, guisantes, nueces y oleaginosas- La carne representa un 16% y los productos lácteos un 9,5%. Los peces y otros animales acuáticos suministran el 6% de las proteínas totales y el 17% de las proteínas animales que intervienen en la alimentación humana. Actualmente se encuentran prácticamente agotadas 25 de las más valiosas zonas pesqueras del mundo.
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