La seguridad militar de España ante el Magreb estará basada en la disuasion, según la Directiva de Defensa Nacional
Los planes militares defensivos de España tendrán como objetivo la disuasión ante las hipotéticas amenazas contra la seguridad nacional, según la Directiva de Defensa Nacional dictada por el presidente del Gobierno el pasado agosto. Entre las posibles amenazas, la más directa para España se concreta en el documento en los países del Magreb, así como en otros Estados árabes -no se cita ninguno- que en prestar apoyo logístico a los supuestos agresores. La Directiva de Defensa Nacional forma parte de los documentos que integran el Ciclo de Política de Defensa que desarrolla el actual Gobierno.
En el anterior Plan Estratégico Conjunto (PEC), elaborado entre 1980 y 1981, los políticos y estrategas que colaboraron en su redacción optaron finalmente por eliminar a Libia como país incluido entre las hipotéticas amenazas para España. En la actualidad, sin embargo, y tras el reciente acuerdo de fusión libio-marroquí, es muy probable, según las fuentes militares consultadas, que se incluya expresamente a Libia dentro de los países árabes que pueden prestar apoyo logístico a otros del Magreb en un hipotético conflicto con España.Según las directrices del Gobierno, la defensa de España ante la hipotética amenaza del Magreb debe ser abordada de forma prácticamente exclusiva con los recursos propios. Estos recursos, desde la perspectiva militar, deben estar dirigidos fundamentalmente al control del eje Baleares-Península-Canarias (el anterior PEC se refería al eje Baleares-Estrecho-Canarias), con especial énfasis en el área más próxima al Estrecho de Gibraltat.
Junto al objetivo de la disuasión, la política de defensa del actual Gobierno persigue, de un lado, una aproximación y acercamiento a los países vecinos -incluidos los del Magreb- y, de otro, la potenciación de los ejércitos, según las citadas directrices. Dentro del objetivo de acercamiento, el Gobierno se propone favorecer los intentos de pacificación en las áreas más próximas y persigue la firma de acuerdos de colaboración militar con los países vecinos.
Con respecto a la potenciación de los ejércitos, las directrices gubernamentales incluyen el reforzamiento militar en las zonas o regiones más alejadas de la península, especialmente el archipiélago canario.
Al referirse a la hipotética amenaza del bloque oriental -que es el otro peligro citado en las directrices del Gobierno-, se indica que la seguridad de España depende de la seguridad de Occidente y que, en caso de materializarse dicha amenaza, nuestro país actuará en coordinación con otras naciones occidentales. En este sentido, se afirma que se mantendrá el Convenio de Amistad y Cooperación Hispano-norteamericano. Con respecto a la OTAN, el actual Gobierno socialista simplemente dice en los documentos del Ciclo de Defensa elaborados hasta ahora que se trata de una cuestión a definir en el futuro.
Espacios nacionales indefinidos
Entre los objetivos incluidos en las directrices gubernamentales de defensa, destaca, como en anteriores ocasiones, la realización de gestiones para recuperar la soberanía española sobre Gibraltar. Otros objetivos se refieren a la conveniencia de fomentar la industria nacional de armamento y de diversificar el origen de los suministros de armas avanzadas, con el fin de alcanzar una mayor autonomía defensiva.
Igualmente, recomienda que, por parte del Ministerio de Transportes, se inicien acciones tendentes a definir algunos espacios de soberanía nacional todavía no determinados. Este punto se refiere, concretamente, a la conveniencia de definir los espacios marítimos en el sur del Mediterráneo, para lo que tendrán que celebrarse conversaciones con Argelia y Marruecos.
Dentro de los planes de defensa, se encomienda amplias misiones al Centro Superior de Información de la Defensa (CESID) para evaluar las posibilidades y las intenciones de los países vecinos.
Tres fases del ciclo
El nuevo Ciclo de Defensa, muy resumido con respecto al anterior, consta de tres fases: Planeamiento, Programación y Presupuestación. En la primera fase, se incluyen el Plan General de la Defensa Nacional y la Directiva de Defensa Nacional. También se incluyen la aprobación del PEC -en el que figura el Objetivo de Fuerza Conjunto o necesidades materiales y humanas de los ejércitos- y de los diversos planes ministeriales de defensa.
La fase de Programación consiste en la coordinación, por parte del ministro de Defensa, Narcís Serra, de los distintos planes ministeriales, y la de Presupuestación en la asignación de los recursos económicos necesarios.
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