El adiós de Benedetti
Lamento mucho el autocese de Mario Benedetti como colaborador de EL PAIS. En este país nuestro, tan proclive a la intolerancia y cerrazón mental e intelectual, no es extraño que haya gente que no quiera entenderle ni comprenderle.Señor Benedetti, somos muchos los que aquí les consideramos, por sentimiento racional, paisanos y no extranjeros, y recibimos y aceptamos con cariño a los exiliados latinoamericanos de los años setenta, al igual que ustedes lo hicieron, y en mayor medida, con nuestros exiliados de los años treinta.
Sus artículos son bocanadas de aire fresco que nos aclaran la realidad de Latinoamérica y ahuyentan la bruma de intoxicación y ceguera a que nos vemos sometidos continuamente los segundomundistas por las agencias internacionales (EE UU-dependientes) de comunicación y Prensa.- Granada.
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