Un preso acusado de matar a un joyero huye del hospital en Pamplona tras reducir a dos policías
Un preso acusado de un supuesto robo con homicidio en la persona de un joyero de Zaragoza se fugó en la madrugada de ayer del hospital de Navarra, en Pamplona, donde se hallaba internado -al parecer, por haberse autolesionado días antes-, amenazando con un revólver a los dos policías que le custodiaban. El evadido, Jesús María Senosiaín Barandalla, de 29 años, según algunas versiones, se escapó vestido con las ropas de uno de los policías nacionales a los que dejó atados a la cama de la habitación.
Jesús María Senosiaín, natural de Pamplona, al que la policía considera un peligroso delincuente, había sido trasladado desde la cárcel provincial al hospital el pasado 29 de octubre a consecuencia de una herida inciso-punzante en el abdomen. Se sospecha que el recluso se autolesionó con el fin de salir de la prisión, a la que había llegado procedente del recinto penitenciario de Zaragoza el 9 de octubre con el fin de prestar declaración en el Juzgado de Instrucción número 2 de la capital navarra, en otro sumario.Sobre las cinco de la madrugada de ayer, Jesús María Senosiaín se dirigió hacia el servicio de la habitación en la que se hallaba ingresado, de donde salió con un revólver marca Astra, de cinco disparos. El recluso se situó rápidamente al lado de los policías y colocó el revólver junto al cuello de uno de ellos, conminando al otro a que dejase el arma encima de la cama, ya que de lo contrario mataría a su compañero.
Una vez conseguido su propósito, Jesús María Senosiaín ató a los dos policías a la cama de la habitación con las esposas de éstos y los amordazó a continuación con unos esparadrapos, apoderándose después, según fuentes solventes, de las armas de ambos: dos metralletas y dos revólveres. El preso se vistió posteriormente con las ropas de uno de los policías nacionales -aunque esta circunstancia no fue confirmada ni desmentida por parte de la Delegación del Gobierno en Navarra-, abandonando el hospital.
Represalias
Al salir del cuarto, el recluso amenazó con su revólver a una enfermera, así como a un auxiliar, indicándoles que tomaría represalias si avisaban a alguien. Fueron los policías forales que vigilan el hospital, dado que este centro sanitario depende del Gobierno de Navarra, quienes al conocer el hecho lo comunicaron al 091 y liberaron a los dos policías.
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