Las elecciones en Puerto Rico tienen como telón de fondo la determinación de la forma de unión con Estados Unidos
Los habitantes de Puerto Rico acudirán el próximo martes a los colegios electorales, para elegir, no al presidente de Estados Unidos, sino al gobernador de la isla, además de renovar el Parlamento local. Pero, en el fondo, la cuestión que se debate en la elección entre el actual gobernador, Carlos Romero Barceló, (líder del Partido Nacional Puertorriqueño) y su rival, Rafael Hernández Colón (del Partido Popular Democrático), es el tipo de unión con el que, en el futuro, seguirá unida esta isla del Caribe a Estados Unidos: como Estado de pleno derecho o como Estado libre asociado, la fórmula actual.Los puertorriqueños, para evitar fraudes, deberán marcar su dedo con tinta verde y señalar sus preferencias en una máquina que enviará automáticamente su voto a las computadoras.
Romero Barceló, actual gobernador, defiende la tesis de la integración total en Estados Unidos. Por su parte, Hernández Colón -ex gobernador de la isla- dirige el Partido, Popular Democrático, que propugna el mantenimiento del actual sistema, con las ventajas que ello supone de libre acceso y residencia y protección de la asistencia pública federal estadounidense para casi la mitad de los tres millones de ciudadanos de la isla.
Otras dos pequeñas formaciones, el Partido Independentista Puertorriqueño -que propone la independencia-, y el Partido de Renovación Puertorriqueño -dirigido por el alcalde de San Juan, el popular Hernán Padilla-, concurren también a las urnas, aunque sin posibilidades reales de llegar a colocar a su candidato en el puesto de gobernador.
La campaña electoral de Romero Barceló se ha visto complicada por el resurgimiento del escándalo de Cerro Maravilla, nombre de la colina en la que murieron dos jóvenes independentistas, en el verano de 1968, cuando la policía los sorprendió en el momento en que intentaban volar un repetidor de televisión.
Un 'mini-Watergate'
El incidente fue inicialmente presentado como un acto de defensa propia de los policías, que fueron condecorados por Romero Barceló. Los partidos de la oposición estimaron, por el contrario, que los dos jóvenes fueron ejecutados a sangre fría por la policía.
El Senado local abrió una investigación que culminó con las revelaciones de un ex policía que confirmaron las tesis de la oposición. Todo ello ha convertido la campaña en un mini Walergate para Romero Barceló.
Las encuestas de opinión predicen un resultado muy justo, aunque las preferencias se inclinan por Hernández Colón (con una ventaja de entre 4 y seis puntos), en tanto que los independentistas (que intentan colocar a su líder, Rubén Berrios, en el Senado) no superan el 8% o el 9% de las intenciones de voto.
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