Llorens cuestiona el concepto de la llamada primera época vanguardista en el arte español
El profesor Tomás Llorens cuestionó el concepto de "reanudación del vanguardismo" en el arte español, ya que no se puede hablar de vanguardismo antes de los años cuarenta, que es lo que se ha descrito como primera época vanguardista. "Hay artistas españoles vanguardistas, pero fuera de España. En el interior no hay vanguardismo o es marginal", dijo Llorens. El profesor hizo estas afirmaciones duraute la de una ponencia dentro del V Congreso Español de Historia del Arte, celebrado en Barcelona durante esta semana y que se clamisara hoy. El título de la conferencia del profesor Tomás Llorens fue La trayectoria del concepto de vanguardia en el arte catalán de 1939-1959.
Tomás Llorens acotó los conceptos de vanguardia y modernidad. Para Llorens, únicamente algunos momentos de la modernidad tienen espíritu vanguardista. La modernidad es el resultado del pensamiento romántico y se prodube en el contexto social de la revolución industrial.La vanguardia, por su parte, se produce como extrapolación de algunos componentes del concepto de modernidad, particularmente el de autonomía estética. Llorens describió dos momentos de la vanguardia: el crítico, que inaugura el pensador Kant; y el constructivo, que se plantea cuando, delimitado lo que es el arte, su ámbito, se intenta definir los elementos que integran su lenguaje (espacio, color, etcétera). Este momento constructivo conduce a una nueva teoría sobre la forma.
Superrealismo
El momento constructivo, siempre según Llorens, tiene connotaciones de propuesta de un nuevo mundo.
Tras definir el modelo genético del concepto de vanguardia, Llorens lo aplicó a la historia del arte de posguerra español y más concretamente al catalán, "donde se escogió el surrealismo en los años cuarenta. La recupera ción del surrealismo en Cataluña se identifica tanto con el momento constructivo como con el crítico", dijo.
Llorens afirmó que releyendo lós manifiestos del grupo Dau al Set se hallan deformaciones significativas sobre el surrealismo. Por ejemplo, según Llorens, se acentúan los aspectos metafísicos -es el caso de Cirlot- y la dualidad consciente-inconsciente se lee como una dualidad entre lo racional y lo irracional, lo que amplía las fronteras de ambos conceptos. Llorens destacó el interés del surrealismo catalán por la física moderna como reflejo de la ideología de progreso presente en el citado movimiento.
Para Llorens la dinámica del vanguardismo "es una dinámica de radicalización progresiva y esto va implícito en el concepto mismo de vanguardia. Esto describe un poco el escenario historiográfico convencional en el sentido de que, efectivamente, el surrealismo en los años cuarenta era una vanguardia muy provinciana, mientras que a finales del período, en 1959, se produce una intensificación del arte catalán y español con las corrientes de modernidad en punta de aquellos momentos". La vanguardia española se pone en contacto con los movimientos artísticos europeos y más que de vanguardismo se debe hablar de modernidad tardía. El profesor Llorens precisó estos conceptos al explicar que, a pesar de que el punto de partida de la vanguardia en España "es anacránico y provinciano", se planteó como una vanguardia auténtica, con todas sus características, mientras que su culminación no fue vanguardista, sino lo ya definido como "una modernidad tardía".
La crisis de la modernidad
Tomás Llorens explicó que la "vanguardia provinciana" se produce en una situación en que las referencias "son de segunda mano". "Es un fenómeno que nace de una forma esporádica. Desde el punto de vista de la historia de la cultura, es un fenómeno bastante insignificante". La significación le ha sido atribuida retrospectivamente por la importancia de la pintura de algunos artistas españoles como Antoni Tàpies.
Llorens comentó que la crisis de la modernidad que se produjo a finales de la década de los cincuenta y que acabó con el concepto de vanguardia, se puede explicar, entre otras razones, por la gran difusión de la crítica de Lukács al concepto de vanguar dia y por la crítica de la moderni dad "como degeneración de la racionalidad". "Además", señaló "todos los planteamientos teóricos del arte que se hicieron en aquella época lo fueron desde posiciones marxistas, que eran las que dominaban entre la intelectualidad y que implicaban una crítica radical a la modernidad burguesa. Por tanto, este análisis suponía una crítica implícita al concepto de vanguardia".
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