La carta de Azaña

Veo la carta firmada por don Enrique de Rivas en EL PAIS del pasado 21 de octubre, y sobre ella quisiera decir lo siguiente: 1. En efecto, las rectificaciones que hace de hechos históricos son mismas y quizá se explican por la necesaria brevedad con que yo me refería a unos antecedentes de lo que abordaba en mi artículo. Por ejemplo, definí como "diplomático franquista" a una persona que era diplomático y que acabó pasándose al bando franquista, lo que bien sabía ya y en nada desvirtúa lo que escribí.

2. La carta que citaba yo como habitualmente considerada como la última de Azaña aparece en el artículo de José María Solé "Manuel Azaña, el ocaso de un presidente", Historia 16, número 96, abril de 1984, que no ha sido rectificado. Hablaba yo, en todo caso, de carta de contenido político y no familiar.

3. Me parece que es positivo un nuevo hallazgo de la docuinentación del que fue presidente de la República y que debiera constituir un motivo de satisfacción, aparte de un acicate para las autoridades administrativas. Si fui simplemente discreto, en público y por escrito, acerca de la localización del hallazgo es porque, en definitiva, todavía no se ha producido el descubrimiento, que es viable y hacedero, de la totalidad de la documentación. En la medida que se pueda conseguir este objetivo estoy a la disposición de quienes están verdaderamente interesados en él y en condiciones de llevarlo a cabo. Agradecería, eso sí, no ser objeto de una reacción airada, como aquella de la que me hace objeto el señor Rivas, por el mero hecho de encontrar una documentación de interés.-