_
_
_
_
LA CAMPAÑA ELECTORAL EN EE UU

Reagan ha 'saneado' el bolsillo de los norteamericanos

Europa es una nebulosa y España una desconocida vistas desde Kansas

Francisco G. Basterra

Ronald Reagan se llevaría una inmensa mayoría de los votos de Independence el próximo 6 de noviembre si la elección se decidiera sólo por los temas económicos. Lo reconoce hasta Meredith Francis, 49 años, profesora de inglés en la Truman High School, que se califica como una liberal empedernida, feminista y ferviente trabajadora en la política del Partido Demócrata desde 1970. "Si votara sólo pensando en mi bolsillo, lo haría por Reagan, pero la conciencia social me harávotar por Mondale".

Más información
Independence, puerta del Oeste

Los buenos resultados económicos de la Administración Reagan, sobre todo el control de la inflación, reducida a un 4% desde el 13% de los años de Carter, y la fuerte personalidad del presidente son las claves de su popularidad en esta comunidad, bastante representativa sociológicamente, de un país tan diverso y plural como Estados Unidos. Las cinco personas entrevistadas por EL PAIS (un empresario, la alcaldesa, un funcionario del Gobierno, una profesora y un periodista) coinciden en que Reagan es un líder fuerte y en que la mayoría de los norteamericanos vive hoy mejor que hace cuatro años. Sin embargo, al menos tres de los entrevistados votarán por Mondale.La política exterior es una preocupación de segundo orden en Independence. Sólo lo que está ocurriendo en Centroamérica despierta cierto interés por su proximidad geográfica. "Aquí, en Misuri, sólo interesa si el presidente embarga o no las exportaciones de grano para presionar a los soviéticos, como hizo Carter, o lo que ocurre en Oriente Próximo, por la influencia que pueda tener sobre el precio de la gasolina", afirma Meredith Francis en su despacho de la escuela.

Europa es aquí una entidad prácticamente desconocida, y España, una incógnita geográfica. "Si los alemanes quieren algún día que nos vayamos de Europa, nos iremos; hay una tendencia, aún no muy pronunciada, a que reduzcamos nuestra presencia militar en su continente", dice Jeff Fox, un periodista de 24 años que trabaja como redactor en el Independence Examiner por 260 dólares a la semana (unas 41.000 pesetas).

George H. Curtis, director adjunto de la biblioteca Truman, de 48 años, casado y con dos hijos, cree que es necesaria la presencia norteamericana en Europa, "pero los europeos deben pagar más por su defensa". Curtis, que es un historiador especializado en la historia de Estados Unidos y en relaciones diplomáticas, admite que no sabe qué bases utiliza Estados Unidos en España ni dónde están. "Pero supongo que serán necesarias para el equilibrio global", añade.

La cuestión, guerra-paz preocupa sobre todo a las mujeres entrevistadas, pero nadie cree que será un factor suficiente para que Mondale dé un vuelco a la elección. Aquí al lado se rodó la película El día después, que mostraba los efectos de un ataque nuclear soviético sobre la ciudad de Kansas City. "Aquella noche, fue un doraingo cuando la pusieron en televisión, la película nos hizo pensar, nos afectó", asegura Paul Fender, un empresario de la construccién, de 37 años, con una hija de 15 y un hijo de 13. "A la mañana siguiente fuí a Kansas, y desde tina oficina, en un rascacielos, era bonito ver que la ciudad estaba todavía allí". "Sin embargo", añade, "hablamos poco de la guerra nuclear, ne es el asunto más importante".

La arrogancia nacional

Bárbara Potter, la primera mujer alcaldesa en la historia de Independence, es independiente, tiene 49 años, cuatro hijos y tres nietos y no ha decidido atinsi votará por Mondale. Ella sí cree que a mucha gente le preocupa el tema nuclear. "La próxima guerra será el fin de todo. No podemos permitirnos el lujo de considerar siquiera una confrontación. No habría ganadores en una guerra atómica", afirma en su despacho del ayuntamiento.

"Reagan tiene que saber clue el pueblo americano está preoimpado por la cuestión de la guerra y la paz y tendrá que responder a este sentimiento si gana un segundo mandato", precisa Barbara Potter.

Para Jeff Fox, que se ha casado hace poco y todavía no ha podido comprarse una casa, esta cuestión no será decisiva el 6 de noviembre, "porque no estamos pegando tiros en ninguna parte". Sí le precicupa que el Gobierno no negocie con los soviéticos: "Es verdad que abandonaron las conversaciones de Ginebra sobre reducción de airmas nucleares, pero lo hicieron porque no tenían ningún aliciente para continuar en la mesa. Reagan no quería dar nada".

Fox critica que Reagan "alimenta la arrogancia nacional y eso puede ser muy peligroso". Reconoce, sin embargo, que el país vive hoy una situación de desahogo, "no existe un problema agobiante como Vietnam o el Watergate. Sólo el déficit, y esto es algo incomprensible para el ciudadano medio".

Por su juventud le preocupa sobre todo la crisis centroamericana. "Creo", afirma mientras bebe una coca-cola en la redacción de su periódico, un vespertino que presta escasa atención a las noticias internacionales, "que nos estamos metiendo demasiado en Nicaragua y estamos cometiendo los mismos errores que en Vietnam. Podría haber con Nicaragua una crisis similar a la de los misiles con Cuba, en 1962, y entonces Estados Unidos tendría que intervenir".

Paul Fender, un republicano que votará a Reagan por el bolsillo -en los dos últimos años su empresa ha ganado dinero, aunque lo pasé mal con la recesión de 1981 y 1982-, critica, sin embargo, que el presidente "ha ido muy lejos y demasiado rápido con los gastos de defensa".

"Mondale", afirma la profesora Francis, "no daría un cheque en blanco al Pentágono como ha hecho el presidente. Cree en un rearme selectivo, pero Reagan ha comprado todos los sistemas de armas que le han gustado". George Curtis no cree tampoco que gracias al rearme el país esté más seguro que hace cuatro años.

Un trabajo de 3.000 dólares

La unanimidad es casi total entre estos cinco ciudadanos al destacar la personalidad de Reagan y su capacidad de liderazgo. "A los americanos les gusta tener alguien a quien admirar en la Casa Blanca, es algo así como lo que les pasa a los ingleses con la reina", explica la alcaldesa.

"Reagan es una personalidad más fuerte que Mondale, y éste está demasiado vinculado a los recuerdos de Jimmy Carter", afirma Paul Fender.

Meredith Francis es bastante más crítica con el presidente: "El estilo y la forma están muy bien, pero también hay que tener sustancia gris entre las orejas". Para el director adjunto de la biblioteca Truman, "Reagan ha sido un líder mucho mejor que Carter y sin duda uno de los mejores presidentes de Estados Unidos". Sin embargo, Curtis se manifiesta preocupado por los síntomas de deterioro de la salud y la rapidez mental del presidente y acabará probablemente votando por Mondale.

Curtis opina que EE UU vive un período de repliegue social hacia el individualismo, lo que se ha bautizado como la me generation. Al revés de lo que predicaba John Kennedy, explica, ya nadie se pregunta

Reagan ha 'saneado' el bolsillo de los norteamericanos

lo que el ciudadano puede hacer por el país.Para Jeff Fox la juventud se ha vuelto egoísta y bastante cínica y en su mayoría dará sus votos a Reagan. "Los jóvenes sólo están interesados en acabar con las mejores notas posibles en la universidad y encontrar rápidamente un trabajo de 3.000 dólares".

Las dos mujeres entrevistadas coinciden en que el Partido Republicano está en gran parte en manos de la extrema derecha y les preocupan los nombramientos que pueda hacer Reagan para el Tribunal Supremo los próximos años. Ambas critican, con mayor insistencia que los hombres, los recortes en los programas sociales que ha llevado a cabo Reagan.

Es general la creencia de que el país está hoy mejor que hace cuatro años. "Hay un sentido de optimismo y orgullo nacional que es nuevo", dice Curtis. Para Fox, "el país se siente mejor". Bárbara Potter estima que las cosas marchan bien, pero insiste en que la prosperidad sigue muy mal repartida.

La figura de Geraldine Ferraro en la candidatura para la vicepresidencia con Mondale es mejor vista por las mujeres que por los hombres. "Supongo que le pasará como a mí cuando me presenté a la alcaldía", dice Potter, "ganará votos por ser mujer y perderá otros también por la misma razón".

Las cuestiones de la religión, el aborto y la oración en la escuela, que quiere reintroducir legalmente Reagan, no preocupan excesivamente en Independence.

Moral y legislación

"Es sorprendente", explica la profesora Francis, "que Reagan, que habla tanto de que quiere sacar al Gobierno de la vida de los norteamericanos, lo quiera meter ahora en los dormitorios". Está a favor de que no se legisle contra el aborto, legal en Estados Unidos, y en contra de la oración en las escuelas. "¿Quién y cómo se escribiría la plegarla que sirviera para católicos, protestantes y judíos?, ¿qué haríamos con los niños que no quieren rezar?", se pregunta Francis. "No hay que legislar en temas de moral", asegura tajante.

La alcaldesa, que está casada con un médico, opina que si los científicos y los teólogos no son capaces de ponerse de acuerdo para definir cuándo comienza la vida, este asunto no debe ser decidido por el Congreso. "El Gobierno debe mantenerse separado de este tema. Yo, sin embargo, debo decirle que no sé qué haría si mi hija fuera violada a los 13 años".

"Estados Unidos es lo que es hoy por nuestro pluralismo étnico y social", dice Potter al referirse a la oración en las escuelas. "No creo que hubiera una plegaria capaz de ser común para todos los niños. Es algo muy personal".

Los cinco entrevistados, con la excepción matizada de la profesora Francis, creen que Reagan será reelegido el 6 de noviembre. Incluso los que votarán por Mondale, si tuvieran que apostar, lo harían por el actual presidente.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_