Los trabajadores de Iberia
Al fin he merecido el honor de recibir sus dos respuestas, ambas el mismo día.Creo que entiendo -y mis muchísimos compañeros (trabajadores de Iberia) también- las razones que impiden la publicación de mi primer escrito, máxime habiendo comprobado que EL PAÍS ha dedicado algunos días hasta casi tres páginas enteras para denigrar a Iberia y sus trabajadores. Conservo en mi poder las páginas para poder demostrar esto.
Señor Cebrián, lamento de veras informarle que usted ha perdido un cliente, aunque soy consciente de que esto no le importará mucho, ya que cuenta o contará con los ingresos que le proporciona o proporcionará la ley de ayuda a la Prensa. ¿La conoce? Señor Cebrián, esas ayudas las pagamos todos los españoles, incluso los analfabetos.
En nombre de la objetividad, de la independencia y de la libertad, y como sujeto sufriente y pasivo del papel que ha pasado a desempeñar EL PAÍS, deseo expresarle mi airada protesta por las servidumbres y claras dependencias que ha sabido imponer a su diario EL PAÍS. Se comprueba muy fácilmente todos los días al tener que sufrir la lectura de tantas y tantas consignas de no sabemos qué departamentos (aunque lo suponemos).-
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