El festival de Valladolid quiere ofrecer un riguroso programa de cine de autor
El 29º Festival Internacional de Cine de Valladolid, que tendrá lugar del 27 de octubre al 4 de noviembre, prepara una ambiciosa andadura: ofrecer un riguroso programa de cine de autor. Las facilidades para contemplar las más de 100 películas previstas son también nuevas e importantes. 200 pesetas la entrada más cara, servicio gratuito de guardería y la seguridad de que todos los filmes dispondrán de traducción simultánea individual, son ejemplos de este nuevo talante.
A los 22 largometrajes y 15 cortos que componen la sección competitiva -Espiga de oro y Espiga de plata, que debe otorgar el jurado, compuesto por el cineasta portugués José Fonseca e Costa, la escritora argentina Beatriz Guido, el productor español Luis Megino, el realizador polaco Krzysztof Zanussi y la directora española Josefina Molina-, se añaden numerosas secciones paralelas.Los homenajes a los cineastas recientemente fallecidos Yilmaz Guney y François Truffaut, que obtuvieron en ediciones anteriores los primeros premios del festival, así como el del español Carlos Serrano de Osma, formarán uno de los apartados. En otro, titulado Argentina en libertad, se exhibirán algunas de las recientes muestras de la cinematografía de aquel país y, entre ellas, Darse cuenta, de Alejandro Doria, que fue aceptada y más tarde rechazada en el último festival de San Sebastián, creando con ello un espinoso problema. Este ciclo de filmes recientes se complementa con otro, informativo, sobre las mejores obras del anterior cine argentino.
Homenaje a Mario Camus
Un amplio homenaje a Mario Camus, del que por primera vez se exhibirá toda su obra cinematográfica y seleccionados episodios de sus trabajos para televisión, se complementa con la edición de un libro escrito por Juan Carlos Frugone y la celebración de mesas redondas sobre el autor. Otra de ellas versará sobre Teresa de Jesús, la serie televisiva de Josefina Molina, que el festival proyectará en su integridad. Seleccionada como "la serie del año", inaugura una nueva sección que se prolongará en años sucesivos con los más destacados trabajos realizados para la pequeña pantalla.En orden a la recuperación para la pantalla grande de trabajos no previstos para ella, se exhibirá la versión comnpleta de cinco horas y media de Fanny y Alexander, de Ingmar Bergman, de quien también se mostrarán algunas de sus primeras películas, no exhibidas en España. Igualmente, el trabajo del cineasta alemán Edgar Reitz, Heimat, de 16 horas de duración, será mostrado en el ámbito del festival estructurado en distintas proyecciones.
En otra sección, Tiempo de historia, se han seleccionado algunas de las mejores y más desconocidas filmaciones directas sobre acontecimientos reales. Entre ellas destaca el documental coordinado por Alfred Hitchcock, Memoria de los campos de concentración, que rodaron las tropas aliadas una vez terminada la segunda guerra mundial. La dureza de sus imágenes ha aconsejado advertir a los organizadores del festival sobre la posibilidad de que algunas personas se puedan sentir afectadas por ellas. Al filme de Hitchcock se añadirán otros de Joris Ivens (el desarrollo de una huelga minera), de Julia Reichert y James Klein (la desconocida historia de los comunistas norteamericanos), de Irmgard von zur Muhlen (los bombardeos sobre Berlín) y Manoel de Oliveira (Niza a través de Jean Vigo), del colectivo de cineastas italianos sobre el entierro de Enrico Berlinguer, y un Filme coordinado por Francesco Masselli en torno a la huelga general italiana de este mismo año.
En atención al público juvenil, se han seleccionado igualmente algunos de los filmes premiados en el reciente Festival de Cine para Niños de Gijón, ya que, en opinión de Fernando Lara, que este año dirige por primera vez el festival vallisoletano, no es necesaria una selección distinta a la de Gijón: "Es absurdo que los festivales españoles compitamos entre nosotros, cuando podemos ayudamos y completamos" Siete salas para algo más de 100 largometrajes, la organización de mesas redondas, coloquios y una posible reunión de críticos para estudiar sus relaciones con la Federación Internacional de la Crítica (Fipresci), componen una apretada agenda de trabajo, sorprendente en el rutinario panorama de los festivales españoles no especializados.
Babelia
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