Desacuerdo entre ayuntamiento y testigos sobre la actuación de la Policía Municipal tras un choque con cinco víctimas mortales

Emilio García Horcajo, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Madrid y responsable de Circulación, Seguridad y Policía Municipal, afirmó ayer que los extintores manejados por los policías municipales que acudieron a auxiliar a las víctimas del accidente ocurrido a las ocho de la tarde del domingo, en el que murieron cinco personas, funcionaron correctamente, pero agotaron su contenido antes de poder apagar el fuego. Testigos presenciales del accidente insisten en que los policías no llegaron a usar sus extintores, porque sabían de antemano que no funcionaban.

Ayer, 24 horas después del siniestro, los responsables de la Policía Municipal no habían proporcionado una versión completa de las circunstancias del mismo. El accidente se produjo cuando el Renault 10 matrícula M-616.629, que circulaba por la autovía a Colmenar Viejo, en dirección de salida de Madrid, perdió la dirección, por causas que se desconocen, a la altura del hospital Ramón y Cajal, hincó el morro en la depresión del arcén que separa ambas direcciones y salió despedido a gran altura hacia la calzada opuesta. El coche rozó con las ruedas el techo de un Renault 18, modelo Ranchera, que no sufrió daños, y aterrizó, varios metros más allá, contra la frontal izquierda de un taxi, Seat 131 de color blanco, matrícula M-0287EU. Parece ser que el Renault ya iba ardiendo mientras se desplazaba en el aire.Los testigos presenciales declararon que inmediatamente después del choque entre ambos vehículos se escuchó una fuerte detonación, que hizo pensar que el depósito de gas-oil del taxi explosionó. Dicho extremo no había sido confirmado anoche por la Policía Municipal. El taxi quedó envuelto en llamas en pocos segundos. Los dos ocupantes del R10 fallecieron en el acto. Tres de las siete personas que ocupaban el taxi murieron carbonizados sin poder abandonar el vehículo.

García Horcajo ordenó a primeras horas de la mañana de ayer la apertura de una investigación urgente para determinar si los extintores de los coches patrulla de la Policía Municipal habían podido ser utilizados correctamente o no. La investigación quedó concluida a primeras horas de la tarde. El citado concejal declaró que el primer coche de la policía municipal que llegó frente al Ramón y Cajal fue el conocido en clave como H6 y que minutos después llegó el vehículo Q25. Ambos se encontraban en las cercanías del lugar donde se produjo el accidente.

Según García Horcajo, las dotaciones de ambos vehículos, cuyos números de matrículas son M1134-DT y M-5800-ET, usaron nada más pisar tierra los extintores, cuyo contenido se agotó sin que lograran apagar las llamas. Personas que viven cerca del lugar del accidente, en la urbanización Madrid Norte, usaron también varios extintores, e incluso se utilizaron unos de gran tamaño procedentes en un almacén cercano pero tampoco pudieron sofocar el fuego, que fue solo controlado por los bomberos.

Un testigo presencial, J. A. P. , insistió en que las dotaciones de los coches patrulla ni siquiera sacaron sus extintores de los vehículos, y que uno de los agentes comentó, apesadumbrado, que no funcionaban. "La indignación de algunos de los testigos", según J. A. P., "fue tal que incluso hubo un conato de enfrentamiento con los policías municipales".

Tres personas de una familia

Las víctimas del accidente fueron los dos ocupantes del Renault 10: José María Pérez Herranz, conductor, y José Manuel Chacón Cuesta, acompañante. Asímismo fallecieron tres de los siete ocupantes del taxi, Mercedes Trinchado Amigo, de 41 años de edad, y sus dos hijos, Gregorio y María Menéndez Menéndez Trinchado, de 18 y 16 años respectivamente. Los otros cuatro ocupantes del taxi fueron hospitalizados en la residencia sanitaria La Paz.

José Luis Mena Mena, conductor del taxi, sufre quemaduras en el 20% del cuerpo, de pronóstico grave. Gregorio Menéndez Briones, esposo y padre de las tres víctimas citadas, resultó herido de pronóstico grave, con quemaduras en la cara y en el antebrazo izquierdo, y tuvo que ser operado de dos perforaciones intestinales. Beatriz Menéndez Trinchado, de cinco años de edad, otra de las hijas del matrimonio, sufre quemaduras en las manos y en la cara y fractura de tibia y peroné. El cuarto hijo, David, de 12 años, no sufrió lesiones importantes y ayer se encontraba ya en casa de unos vecinos.

El gabinete de prensa del ayuntamiento se limitó ayer a ofrecer una nota señalando el buen funcionamiento de los extintores y la rapidez con que llegaron los coches de bomberos. Según la nota, el primero de los coches llegó "a los pocos minutos" y el segundo a los 12 minutos, según consta en las grabaciones del servicio de Bomberos.

La familia Menéndez-Trinchado, domiciliada en la calle de la Virgen del Lluc, número 83, en el barrio de la Concepción, venía en el taxi, procedente de Miraflores de la Sierra, donde tiene alquilado un chalé en el que pasan los fines de semana. Según manifestó un hermano de Gregorio Menéndez, José Luis Mena era amigo de la familia y los fines de semana los llevaba de Miraflores a Madrid.