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El Partido Comunista Chino cederá la dirección de las empresas estatales a los profesionales

Las empresas estatales chinas serán dirigidas a partir de ahora por profesionales del ramo en lugar de por funcionarios del partido comunista, según el programa de reformas económicas recientemente aprobado. Hasta ahora, todas las empresas tenían al frente un miembro del partido comunista, a veces nombrado por sus méritos revolucionarios, pero no necesariamente experto en la actividad industrial correspondiente.

Esto era una herencia de la llamada revolución cultural (1966-1976), cuando, en lugar de jefes, las fábricas estaban dirigidas por un comité revolucionario presidido por un miembro del partido.Ahora, con el propósito de dar más independencia y vitalidad a las empresas públicas y quitarles burocracia, serán dirigidas por personas no políticas que tendrán autonomía de funcionamiento. Al revés que en la práctica actual, las empresas que no se autofinancien y no pertenezcan a sectores básicos de la economía deberán cerrar en lugar de esperar los sistemáticos subsidios estatales.

En una autocrítica a la práctica económica del pasado, el partido comunista ha llegado a la conclusión de que los políticos controlan demasiado la actividad económica y han tomado responsabilidades que no eran realmente suyas. La Comisión de Planificación del Estado acaba de anunciar que la variedad de productos industriales sujetos a planificación obligatoria y a precios regulados va a pasar de 120 a 60 para finales del presente año.

Comercio liberado

Los productos que dejarán de ser regulados deberán ajustar sus precios y presencia en el mercado de acuerdo con la ley del valor, una combinación de oferta y demanda, directrices generales del Estado y relación coste-precio.China tiene en la actualidad alrededor de un millón de empresas urbanas de tipo industrial, de construcción, de transportes, del sector comercial y de servicios.

El número total de trabajadores en ésta actividad es de entre 80 millones y 100 millones, una parte mínima en comparación con la población campesina, que alcanza la cifra de 800 millones de personas.

El sector industrial, que ahora se pretende reformar, es el más burocratizado dentro de la economía china por la herencia del sistema soviético implantado aquí en los años cincuenta. El abandono de la planificación central de toda la economía ha sido uno de los puntos que ha originado mayor oposición dentro del partido al programa de reformas de Deng Xiaopin, según varios indicios.

El hecho supone una experiencia nueva en China y puede alterar el equilibrio social de este país en beneficio de un crecimiento económico que ahora es la prioridad de las autoridades.

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