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La relación de Francia con la OTAN, ¿un modelo para España?

Andrés Ortega

Francia se retiró en 1966 de la estructura de mandos integrados de la OTAN, por decisión del entonces presidente francés, Charles de Gaulle. A partir de ese momento, ninguna fuerza francesa está automáticamente asignada a la OTAN, y todas las unidades, instalaciones o bases militares en territorio francés están bajo autoridad francesa.La decisión respondió a un planteamiento general y nacionalista de la defensa francesa, con grandes diferencias respecto al actual caso español. De Gaulle dio este paso, en parte, por temor a que Europa se viera implicada en una guerra por culpa de las superpotencias, y en parte, por un profundo convencimiento de que Estados Unidos no usaría sus armas nucleares estratégicas para defender a Europa, dada la probabilidad de una represalia soviética contra territorio norteamericano.

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Acuerdos secretos con la Alianza

Formalmente, Francia no forma parte de la estructura militar de la OTAN. En el máximo órgano militar de la Alianza -el Comité Militar-, Francia mantiene una misión de enlace, encabezada por un general de división, que asiste a todos los debates como observador, es decir, sin voz, y recibe todo tipo de información. Pero aquí no se detiene el entramado. Francia tiene asimismo una misión de enlace cerca de los principales mandos de la OTAN: SACEUR (Europa), SACLANT (Atlántico) y CINCCHAN (Canal de la Mancha).

Francia ha seguido compartiendo también el concepto de la amenaza soviética, y ha seguido siendo un leal aliado, lealtad reforzada bajo el mandato presidencial de François Mitterrand, que no dudó en apoyar plenamente el despliegue de los euromisiles. Francia ha desarrollado su propia fuerza nuclear y la estrategia del "débil frente al fuerte", que prevé "represalias masivas" en caso de ataque contra su territorio. Esta es una diferencia fundamental con España. Pero además, desde la II Guerra Mundial, Francia tiene estaciortadas tropas y fuerzas militares en la República Federal de Alemania.

Cabe señalar, según declararon fuentes militares en la OTAN, que en el cuartel general de las fuerzas francesas en la RFA -en Baden Baden- hay enlaces militares estadounidenses, británicos y alemanes.

La gran diferencia entre Francia y los países de la estructura militar integrada de la OTAN es que la decisión sobre la utilización de tropas francesas por la Alianza requiere, a petición de los mandos de la OTAN, a través de los canales pertinentes, la autorización del Gobierno francés y del presidente de la República en persona. No hay, pues, automatismo, y Francia guarda una "mayor autonomía de decisión política". La relación militar se establece, pues, a nivel más bajo, pero para su entrada en fúncionamiento se requiere la luz verde del más alto nivel político.

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En el terreno más concreto de la división entre estructura militar y estructura civil de la OTAN, Francia participa plenamente en esta última, en los comités que le interesan y en algunos grupos de desarrollo multinacional de armamento. En cuanto a la estructura militar, si Francia no forma parte de los mandos aliados integrados, sí participa -y aún más desde 1975- en algunos comités que pertenecen plenamente a esta dimensión -Según se define en el organigrama oficial de la propia OTAN- de la Alianza: información, telecomunicaciones, transmisiones, conferencia de responsables de logística y otros comités. Francia participa -y financia en la parte que le corresponde- en el NADGE (Sistema Electrónico de la Defensa Aérea de la OTAN), aunque "la integración francesa en este sistema se limita a la recogida y transmisión de datos y cesa donde empieza el control de los medios de represalia".

En el terreno de las instalaciones de infraestructura de la OTAN -también de logística y militares-, Francia participa en el oleoducto de la Alianza, que cruza todo su territorio, y en los programas de infraestructura de telecomunicaciones, estandarización e investigación. De hecho, en 1967 Francia suspendió su participación a los gastos de infraestructura de la OTAN -NADGE aparte-, pero a partir de 1975 volvió a contribuir a estos presupuestos -los más cuantiosos de la Alianza- con un porcentaje del 13,22% del total de los gastos de las obras e instalaciones en las que entra a formar parte. Francia contribuye en un 17,1 % (el cuarto país en orden de importancia, detrás de EE UU, la RFA y el Reino Unido) al presupuesto civil de la OTAN, e incluso participa en algunos de los gastos del llamado presupuesto militar, en el que España hasta ahora no ha participado.

Francia y España

Ni el ministro francés de Defensa ni ningún observador en su nombre participa en las reuniones del Comité de Planes de Defensa (en las que España sí participa) ni en el paralelo Eurogrupo (del que España es parte plena). Francia tampoco participa en el llamado Esta do Mayor Internacional de la OTAN, que depende directamente del Comité Militar.

Asimismo, Francia está absolutamente al margen del Grupo de Planes Nucleares (en el que España tiene estatuto de observador), creado en diciembre de 1966. Lógico, puesto que París no suscribe la estrategia nuclear de la OTAN de la respuesta flexible, como se ha indicado. Tampoco toma parte, por estos mismos motivos, en los ejercicios de crisis sobre el papel o entre capitales -WINTEX o HILEX- que anualmente realiza la OTAN. Sin embargo, las fuerzas francesas sí participan en algunas maniobras reales sobre el terreno de la OTAN, y en caso de crisis o guerra real Francia participaría en las consultas de los países miembros sobre la reacción de la OTAN, ya que, aunque sean entre capitales al más alto nivel, éstas se llevarían a cabo en el marco del Consejo del Atlántico Norte, máxima autoridad de la Alianza, del que Francia es plenamente parte.

¿Es válido este modelo para España? Indudablemente, Francia no está solamente en la "parte política" de la OTAN. Este modelo es un caso histórico que responde a un planteamiento concreto de una política de defensa. Antes de hablar de modelos para España -fuera o dentro de la OTAN- habría que preguntarse qué defensa -y qué política de defensa y de seguridad- quiere España. Y la respuesta se hace esperar.

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