La Comunidad Europea estudia la creación de un registro Único de marcas

La Comunidad Europea estudia la posibilidad de implantar en la CEE un registro único de marcas para las empresas comunitarias, que en el estado actual se ven obligadas a patentar sus marcas en cada uno de los 10 países miembros para proteger sus derechos de comercialización en el Mercado Común.

En fuentes diplomáticas de Bruselas se asegura que los diez están de acuerdo en reconocer que la existencia de una marca registrada comunitaria facilitará el funcionamiento de la CEE, eliminando trabas a la libre circulación de mercancías. Una legislación única sustituiría a las 10 legislaciones actualmente en vigor en este tema. El registro de patentes y marcas permite básicamente a las empresas perseguir ante los tribunales a los autores de falsificaciones.Dentro de esta filosofia, los diez trabajan en la creación de una oficina comunitaria de patentes. Las empresas registrarían en esta oficina, según un procedimiento único, las marcas de alcance comunitario, que gozarían de una protección uniforme, lo que produciría efectos en todo el territorio de la CEE.

Las empresas, sin embargo, no estarían obligadas a hacerlo, y las marcas nacionales continuarían en vigor, según prevé el proyecto, lo que vendría a reconocer la situación de muchas pequeñas y medianas empresas que no tienen necesidad de una protección de sus marcas a escala comunitaria.

Los expertos consideran, sin embargo, que existen todavía algunas cuestiones por resolver, tanto técnicas como jurídicas. El punto esencial, de acuerdo con la mayor parte de las delegaciones presentes en Bruselas, consiste en encontrar un justo equilibrio entre los derechos que serán adjudicados a las marcas comunitarias y los de las empresas que sigan con sus marcas registradas solamente a nivel nacional. En el Reino Unido, por ejemplo, algunas empresas cuentan con derechos no escritos, en virtud de la legislación particular de tal país, la llamada Common Law. Los diez deberán decidir si estas empresas dispondrán del derecho de emprender una acción contra el registro de una marca comunitaria.

Será necesario, además, resolver una cuestión que amenaza con herir las susceptibilidades nacionales: la competencia entre distintas ciudades comunitarias para convertirse en sedes de la oficina europea de patentes y marcas.

Londres, Estrasburgo, La Haya, Bruselas, Venecia, Dublín, Luxemburgo y Munich han presentado ya su candidatura.