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La ampliación del Mercado Común

España seguirá la política del Sistema Monetario Europeo, pero no se integrará inmediatamente

España seguirá previsiblemente la política del Sistema Monetario Europeo (SME) en el momento en el que se produzca su ingreso en el Mercado Común, aunque no se integrará inmediatamente en esta especie de colchón de seguridad de las divisas de los países comunitarios. Asimismo, la posición española es que la peseta participe lo antes posible en la unidad de cuenta europea (ECU), que conforman todas las divisas comunitarias. Los negociadores españoles presentaron, su propuesta sobre el ECU en la sesión del pasado día 3 en Luxemburgo.En opinión de los negociadores españoles, la participación de nuestra divisa en el cesto de divisas que integran el ECU es importante, por cuanto permite aumentar las posibilidades de convergencia respecto al conjunto de las divisas comunitarias. La peseta, previsiblemente, tendría una ponderación o peso específico dentro de ECU que oscilaría entre el 5% y el 10% aunque los negociadores estiman en que ésta podría estar más próxima al 7%.

Mediante la posición que mantiene el Gobierno español respecto a la participación en el SME, que es independiente del estatuto de país miembro del Mercado Común, se pretende estar en línea con las políticas económicas de los integrantes de la Europa comunitaria, aunque dejando abierto un margen de maniobra para poder realizar variaciones en la paridad de nuestra divisa en el caso de que los efectos inmediatosa de la adhesión lo hagan necesario. Esta postura ya fue esbozada por el ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, en la cumbre hispanofrancesa celebrada en Rambouillet.

Aunque evidentemente la decisión del ingreso en la serpiente monetaria europea tiene una alto contenido político, en el Ministerio español de Economía se muestran a favor de esta tesis de no incorporación inmediata al SME para evitar pillarse los dedos y, por tanto, dificultar la corrección de los potenciales efectos que el ingreso en el Mercado Común va a llevar aparejados. Esta postura deja la puerta abierta a cualquier modificación de la divisa española que pudiera considerarse política o económicamente necesaria.

El ingreso en el SME obligaría a que cualquiera reajuste -devaluación o revalorización de la peseta- tendría que quedar supeditado al propio reajuste del SME, con la consiguiente demora que ello podría ocasionar. La pertenencia de iure equivaldría a un compromiso de no alterar la paridad de la peseta, obteniendo a cambio una importante dosis de seguridad para la divisa española y poder beneficiarse de los créditos comunitarios que ello puede llevar aparejado.

En el Sistema Monetario se establece un vínculo. entre las monedas que lo integran, con objeto de que la fluctuación entre ellas no sea superior, por arriba o por abajo, al 2,25% (es decir, la fluctuación total de la divisa en cuestión sería del 4,50%). En el momento en que la moneda de alguno de los países atraviesa dificultades, se intenta conseguir un equilibrio a través de la entrada de divisas de otros países., Una cuestión de interés para la peseta reside en saber exactamente qué tipo de fluctuación se le asignará, ya que no es imprescindible que España adopte esa fluctuación general del 2,25%.

Evitar devaluaciones

El que se abogue por estas tesis de seguir las líneas de comportamiento del SME no quiere decir, según las fuentes consultadas, que el Gobierno esté pensando en realizar una posible devaluación cuando España ingrese en el Mercado Común. Esa posibilidad se había llegado a sugerir hace unos meses por representantes empresariales, con el objetivo de amortiguar el choque que van a sufrir buena parte de nuestras empresas cuando se enfrenten con la realidad comunitaria. "La devaluación estaría totalmente descartada si el ingreso en la CEE se produjera el 1 de enero de 1985. Devaluar sería incluso una locura. Evidentemente, en este momento no podemos prever cuáles pueden ser las circunstancias el 1 de enero de 1986".

Estas tesis se ven apoyadas, además, por la propia política antiinflacionista que está intentando poner en pie el Gobierno, lo que le impediría jugar la baza de un sistema de cambio a la baja. "El objetivo del actual Gobierno una vez dentro de la CEE es mantener lo más estable posible el tipo de cambio de la moneda española", según las mismas fuentes.

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