Dom Mintoff busca en Roma soluciones a la 'guerra escolar' con la Iglesia
La visita a Roma de Dom Mintoff, invitado por el primer ministro italiano, el socialista Bettino Craxi, se interpreta como un intento de éste de echar una mano a su colega maltés, enfrentado con la Iglesia por una complicada guerra escolar, a la que ahora busca solución con sus entrevistas con representantes vaticanos.
Las conversaciones romanas de Mintoff, tanto con los representantes vaticanos como con los miembros del Gobierno italiano, se mantuvieron ayer en el más absoluto secreto.
La guerra escolar, que tanto está preocupando a la Santa Sede y que provocó el domingo pasado una dura intervención del mismo Juan Pablo 11 durante la acostumbrada alocución de la oración del ángelus en la plaza de San Pedro, no parece, por el momento, de fácil solución.
Lo que no está claro es si la iniciativa ha procedido de Bettino Craxi o si ha sido el Vaticano quien ha pedido este favor al presidente socialista, con quien mantiene buenas relaciones tras la audiencia que le concedió hace unos meses y después de la firma del Concordato.
En la mañana de ayer, las entrevistas entre Dom Mintoff y los representantes vaticanos se celebraron no en el Vaticano, sino en la Nunciatura Apostólica de Italia, lo que indica ya la frialdad y oficialidad del encuentro.
El encuentro empezó a las once de la mañana y acabó a las 13.30 horas. En un primer momento, se encontraron solos, sin testigos,, Dom Mintoff y el secretario de Estado, cardenal Agostino Casaroli. Más tarde (no ha sido precisado cuándo exactamente) entraron los otros miembros de las dos delegaciones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.