Muere el tercer paciente al que se realizó un trasplante de corazón en Cataluña
Una insuficiencia renal y una arterioesclerosis en estado avanzado provocaron ayer por la mañana la muerte de Manuel Rincón Carretero, a quien se le había trasplantado el corazón el pasado domingo por la noche en el hospital de Sant Pau, de Barcelona. El trasplante de corazón a Manuel Rincón es el tercero que se realiza en Cataluña.
El paciente, que falleció a las 10.30 horas en la unidad de cuidados intensivos del hospital, padecía una insuficiencia renal ligera que se fue agravando a consecuencia de la ingestión de medicamentos para el tratamiento de una cardiopatía congestionada tras su ingreso en el hospital. Manuel Rincón Carretero, de 48 años, había sido operado hace seis años de una enfermedad coronaria, después de sufrir dos infartos, y desde hace dos años era tratado en el hospital de San Pablo. El paciente, que ingresó en el hospital a finales de julio, sufrió una crisis grave en la tercera semana de septiembre.
El equipo médico dirigido por los doctores Caralps y Alexandre Aris decidió hacer la petición de donación de un corazón ante el estado de gravedad a que había llegado Manuel Rincón, "aunque el paciente no era el primero de la lista". El sábado se presentaron dos casos de muerte inminente en el mismo hospital de San Pablo, por lo que se decidió realizar la operación.
La donante, de la que se des conoce la identidad, era una mujer de 38 años que tenía el mismo grupo sanguíneo que Manuel Rincón. La extracción del órgano se realizó el domingo por la tarde en la Fundación Puigvert.
El doctor José María Caralps jefe de la unidad de Cirugía Cardiaca del hospital de San Pablo, explicó ayer las condiciones generales de su equipo médico para realizar un trasplante de corazón. El doctor Caralps afirmó que "el paciente debe tener entre 15 y 55 años de edad, no debe presentar ninguna lesión irreversible de tipo hepático, renal o en cualquier otro órgano vital; su expectativa de vida no debe ser superior a seis meses y la lesión cardiaca no debe ser susceptible de otro tratamiento médico o quirúrgico".
Según el doctor Caralps, existe una lista provisional de espera de 19 personas, "lo que no quiere decir que tengan que ser operados inmediatamente. Muchos de ellos pueden vivir perfectamente cinco o seis años sin necesidad de ser operados. La operación sólo se decide cuando la enfermedad se halla en una fase final".
El primer paciente al que trasplantó un corazón en el hospital Sant Pau, Juan Alarcón, sigue en buen estado salud, al igual que un profesor de Canarias que sufrió el segundo trasplante de corazón que se realizó en Cataluña.
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