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Inaugurado en Barcelona el salón editorial Liber-84

La segunda edición de salón monográfico Liber-84, dedicado al mundo editorial, fue inaugurada ayer en Barcelona por el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, acompañado del ministro de Cultura, Javier Solana, el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, y el conseller de Cultura, Joan Rigol. Liber 84 ocupa 7.700 metros cuadrados del salón llamado de la Metalurgia, en el recinto de la Feria de Muestras de Barcelona. Han acudido al Liber unos 600 editores de 30 países. EL PAIS ha instalado una caseta y hoy publica un suplemento en torno a este acontecimiento editorial.

Ante un público que abarrotó la sala de congresos de la Feria de Muestras, Jordi Pujol declaró ayer inaugurado el 22 Salón Internacional del Libro, Liber-84. Previamente, el presidente de la Generalitat manifestó su satisfacción por el hecho de que Barcelona sea el primer centro mundial de producción editorial en lengua castellana. Inmeditamente antes había intervendido el ministro de Cultura, Javier Solana, quien manifestó su preocupación por el sector y anunció que la ley de la propiedad intelectual no será aprobada sin la consulta a las partes implicadas, editores y autores.Por otra parte, un análisis de los problemas del ingreso en la CEE desde el punto de vista editorial, cerró el seminario sobre libros técnicos, científicos y de medicina celebrado a lo largo de todo el día en el palacio de Congresos de Montjuic, en el marco del Liber-84.

El seminario, que ha reunido a los principales editores de libros científicos de todo el mundo, estaba organizado por el grupo internacional STM, que reúne a 22 países con un total de 150 editores asociados. El grupo posee un capítulo Iberoamericano integrado por 16 editores que se reparten en cuatro países, uno de ellos España.

El secretario general de STM, el holandés Paul Nijhoff, explicó en unas declaraciones a este periódico los objetivos de este grupo y resumió los principales temas abordados en las sesiones. "STM tiene como próposito fundamental ayudar a los editores y autores de libros científicos a difundir al máximo sus investigaciones. Trabajamos con organizaciones internacionales como la Unesco o la Organización Internacional de Editores para cumplir ese objetivo", afirmó Nijhoff. "Durante el seminario", añadió, "hemos hablado de la nueva tecnología y su aplicación a la empresa editorial, de los problemas derivados de la propiedad intelectual, y de la inmensa concentración de las publicaciones científicas en manos de unos pocos editores anglosajones".

Las ponencias trataron sobre el mercado para las publicaciones científicas en España; el flujo de las publicaciones científicas en la comunidad iberoamericana, y los problemas del ingreso de España en la CEE.

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