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Crítica:TEATRO / 'RUNAWAYS'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Editoriales con música

Una sucesión de editorialillos forma el musical Runaways, de Elizabeth Swados (Nueva York, 1979), ampliamente adaptado al castellano y a las circunstancias nacionales como le parece conveniente al adaptador. Hay jóvenes que huyen -run away- de sus casas y caen en la libertad sexual y en la droga, en el delito, la prostitución y el hambre. Y son víctimas de maniacos sexuales, violadores, navajeros. Se comienza culpando a los padres y se termina pidiendo nuevas leyes.Estos jovencitos querrían jugar con su pelota, con sus muñecas, ir a bailar con sus amigos, pero se les ha privado de todo ello porque son unos incomprendidos y porque no hay suficiente autoridad para dominarles (ellos mismos la piden). Los padres ven la televisión, corren por las carreteras en coche, beben excesivamente; hay incluso maridos y mujeres que se acuestan hechos un ovillo en un sillón, sin preocuparse de que sus hijos sorprendan lo que Freud llamó "la escena primaria".

Runaways

Texto y música de Elizabeth Swados. Intérpretes: Marisol Abad, Amparo Bravo, Pilar Coronado, Jesús Daniel, César Diéguez, Luis Fúnez, Miryam Fultz, Maida García Lao, Mary Luz Lence, Juan Carlos Martín, Resu Morales, Montserrat Palmero, Susana Uribarri, Flavia Zarzo. Dirección musical: José Luis Tierno. Escenografía: Equipo 34. Dirección: Manuel Manzaneque. Estreno: Teatro Espronceda 34, 15 de septiembre de 1984.

Análisis de la situación

Los editorialillos, en forma de canciones o de relatos, van acusando a la televisión, el cine, el divorcio, la tolerancia, la permisividad, las noticias de los periódicos. los políticos, la inseguridad ciudadana, los barrios malos y lascompañías dudosas de que estos chicos y chicas no puedan jugar a la pelota y a los muñecos y se lancen a la jeringuilla y el sexo.

Hay otras ideas sociológicas muy distintas, otros análisis de la situación y de lo que se llama problema juvenil, pero no son estimados por este espectáculo, que define su ideología a la manera conservadora y parroqulal. Cumple una misión de propaganda.

Lo interesante no es, claro, este texto tópico, quejoso, mimoso y facilón, ni la organización de la obra ni tampoco la música, sino que una compañía improvisada por 14 jóvenes actores-cantantes pueda funcionar por encima del nivel de fiestecita de colegio o de sala parroquial, como correspondería al texto: aparecen ya promesas de profesionalización. Se ven entre ellos bastantes esperanzas de futuro escénico: hay alguna buena voz cantante, alguna buena manera de decir los pequeños monólogos. Se puede pensar que el director de la obra, Manuel Manzaneque, ha sido capaz de enseñar y modelar, al mismo tiempo que de dirigir la acción. Anuncia que con este espectáculo comienza una serie de actividades en su hasta ahora poco afortunado local: escuela y formación artística, cineclub, conciertos, charlas y conferencias, especialmente dedicado. todo ello a niños y jóvenes.

Un espíritu de cruzada, un basamento -a juzgar por este espectáculo- de la moral tradicional. Ya ha recibido la ayuda de la Dirección General de Música y Teatro del Ministerio de Cultura; sería justo que recibiera también la de fuerzas políticas de la oposición de derechas, más afines a estas ideologías que sostiene.

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