El toreo bien hecho de Ortega Cano
, El toreo bueno es, en una de su versiones, como lo interpretaba Ortega Cano ayer en Las Ventas Toreo bien hecho, con arreglo a cánones; toreo valiente y emotivo que prendía progresivamente en el público, hasta llevarle al entusiasmo. Desde los trincherazos con que inició la faena, hasta el alarde final, en ligazón perfecta los ayudados por alto, el natural, el de pecho hondo, toda ella tuvo una estructura dominadora en la que el toro cada vez se sometía más a los vuelos de la muleta. Se volcó el matador en la estocada y salió zarandeado. La fuerte impresión de los dramáticos momentos que siguieron a la cogida, impidió que se desbordara la alegría del triunfo. Pero hubo oreja. Una oreja que era parvo premio al toreo bien hecho de Ortega Cano.El toreo al natural bien toreado es como lo toreó ayer Ortega Cano Adelante la muleta, para tirar de toro; cargar la suerte, técnica fundamental; embarcar en la caricia del temple; rematar allá donde demanda la ligazón; ligar. Los pases de pecho eran asimismo ligados, largos, hondos y bellos, y los engarzaba en el momento preciso que cada tanda requería. Desgranaba las suertes con enjundia, y si cada muletazo tenía un valor torero de primer orden, el conjunto de todos ellos lo poseía también.
Plaza de Las Ventas
14 de septiembre. Primera de feria.Tres toros de Pilar Población., con trapío, flojos. Cuarto (sobrero) Y sexto de Terrubias, de gran presencia, cornalones; quinto, también sobrero, de El Sierro, con cuajo y, genio. Roberto Dominguez. Pinchazo bajo y, bajonazo (indiferencia). Estocada baja (algunas palmas). Bajonazo (división y, saluda). Ortega Cano. Estocada de la que sale cogido (oreja), pasa a la enfermería. José Luis Palomar. Estocada corta atravesada y dos descabellos (palmas y también pitos cuando saluda). tocada corta caída (vuelta con pro estas). Parte facultativo. Ortega Cano fue asistido de puntazo y contusión en derecho. Pronóstico reservado. Pasó a la residencia sanitaria 1º de octubre para examen radiológico.
El lance de capa, cuando se instrumenta con ortodoxia, tiene una peculiar estética que, para muchos aficionados, supera en calidades y aromas al repertorio de muleta. También lo dibujó Ortega Cano primero en la verónica clásica después en unas chicuelinas de filigrana. No fue una sorpresa el toreo bien hecho de Ortega Cano, pues unas semanas antes ya lo había ofrecido en la vecina plaza de San Sebastián de los Reyes. Lo cual indica que este diestro ha entrado en la fase mejor de su vida profesional, donde vocación, valor y experiencia se aúnan. Sólo hace falta ahora que las empresas le contraten. Aquí hay torero.
Toda la corrida tuvo mucho trapío y algunos ejemplares lucían impresionantes cornamentas. También es cierto que varios de ellos mostraron una invalidez absoluta. Dos volvieron al corral por este motivo, y otros dos no, pues al presidente, que era el comisario Font, le daba por ahí. En materia de reglamento taurino, el criterio del comisario Font, según sus exégetas, consiste en no tener criterio alguno; o a lo mejor es que se juega a los chinos con los dos asesores si saca el pañuelo verde o no. Alguien debería vigilar qué hacen los tres, allí juntitos, en el palco, amagados tras el tapiz.
Por la cogida de Ortega Cano, Roberto Domínguez lidió tres toros y lo hizo alternando indecisiones y alivios con destellos de su depurado estilo. José Luis Palomar porfió con toscas maneras al tercero, y al sexto le ligó series de recios redondos. Palomar es de Soria, y ejerce. Ninguno de los dos diestros tenía inspiración para el toreo bien hecho, aunque voluntad sí. Y el público se lo agradeció un poco.
Al banderillero José Ibáñez (hasta hace poco matador de alternativa) le agradeció más los dos valientes pares que. prendió al segundo. La ovación que le dedicó tanto lignificaba homenaje al pundonoroso peón como lección moral a los demás subalternos, pues de nuevo los banderilleros prendían los palos de uno en uno y huyendo, en tanto que la acorazada de picar abatía a misilazo limpio los lomos traseros de los toros. Obviamente, éste no era el toreo bien hecho; era una de indios.
Fernando Rivera, en estado precario
Fernando Rivera, que sufrió el pasado miércoles una cogida muy grave en Baza (Granada), llegó anoche por vía aérea a Madrid, en precarias condiciones físicas. Estaba muy decaído, con fiebre alta, y fue trasladado inmediatamente a la residencia sanitaria 1º de Octubre.
Babelia
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