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La declaración de Pujol

Diaro 16La declaración por escrito del presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujo¡, en las diligencias de la querella contra antiguos directivos de Banca Catalana ha provocado una serie de críticas tanto hacia el juez, que estimó oportuno este procedimiento y no la simple declaración oral, como hacia el propio Pujo¡, al que acusan de serfavorecido por esta fórmula legal. En rigor, si no fuera por la politización a que está sometida esta querella desde sus comienzos, sería sorprendente encontrar argumentaciones de este tipo en órganos de opinión antaño defensores a ultranza de cualquier institución autonómica..Resaltamos este hecho por cuanto en la decisión del juez Leceal presumiblemente, ha pesado el factor institucional. La misma Constitución, que promulga la igualdad de los españoles ante la ley, establece diversas situaciones de inmunidad -empezando obviamente por la parlamentaria-, lo cual en absoluto contradice esa igualdad, fundamental en un Estado de derecho. Hay personas que al ocupar un lugar de representación política en el Estado deben responder por cauces específicos de sus acciones, si es que la justicia así lo exige. Ello no es ninguna bicoca para el diputado o el ministro que deben comparecer ante la ley, pues, aun en el caso de que su inocencia quede después plenamente demostrada, el perjuicio causado a la personalidad o al partido político sometidos a investigación es difícilmente reparable. ( ... ) Los que fingen ahora escándalo por el hecho de que Pujol no haya respondido oralmente sino por escrito a todas las preguntas del juez saben bien lo que quieren: aproximar lo más posible la figura del líder catalán a la de un presunto delincuente, en perjuicio de su valor institucional. Toda la querella de Banca Catalana incluye en su trasfondo político una campaña de imagen negativa contra el presidente de la Generalitat, y todo lo que disminuya o impida este objetivo es automáticamente puesto en solfa por aquellas fuerzas políticas que se beneficiarían de una caída de prestigio de Jordi Pujol.En su día advertimos, como la mayor parte de los órganos de opinión de las más diversas tendencias y procedencias, el gravísimo error político que constituía la querella. La reacción en Cataluña dio la razón a quienes interpretamos que la acción judicial sería considerada como un pulso institucional en el que el poder autonómico era simbólicamente puesto en entredicho. Tras el verano, es evidente que se intenta resucitar el ambiente polémico en torno a Banca Catalana y que los órganos próximos al Gobierno y al partido que lo sustenta, máximo rival del partido de Jordi Pujol en Cataluña, quieren airear todo lo posible el caso, protestando por presuntas irregularidades cuando, en opinión de buena parte de los ciudadanos, es en el origen político de la querella donde se halla la más profunda irregularidad. (...)

7 de septiembre

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