Procesados por estafa Julio Prado y Colón de Carvajal y Celso Tavera, acusados de comercializar 19 cuadros falsos

El titular del Juzgado de Instrucción número 16 de Madrid, Tomás García Gonzalo, ha ordenado el procesamiento de Celso Tavera y de Julio Prado y Colón de Carvajal, conde de la Conquista, acusados de un presunto delito de estafa en relación con 19 cuadros pintados al óleo atribuidos a Goya, el Greco, Velázquez, Picasso, Rembrandt y otros pintores relevantes. Ambos procesados han quedado en libertad bajo fianza de 300.000 pesetas cada uno. El magistrado les ha requerido también depósitos de 80 millones de pesetas a Tavera y de 58 millones a Prado, para asegurar las responsabilidades civiles.

Julio Prado es hermano mayor de Manuel y de Diego Prado y Colón de Carvajal, el primero, ex presidente de Iberia, y el segundo, secuestrado por ETA el pasado año y liberado tras el pago de un fuerte rescate.La denuncia que dio origen al procesamiento fue formulada el pasado mes de abril por Carlos Sánchez Martín, antiguo socio del pintor Tavera para la venta de cuadros, cuando creyó comprobar que algunos eran falsos. La supuesta falsedad de los cuadros puestos en circulación en el mercado del arte por Celso Tavera fue ratificada el pasado mes de junio, ante el magistrado citado, por un equipo de expertos del Museo del Prado. Como medida precautoria, el magistrado decretó la libertad provisional bajo fianza de Celso Tavera, a quien exigió un fuerte depósito de dinero por sus posibles responsabilidades civiles.

La defensa de Celso Tavera entregó al juez instructor del sumario una serie de documentos que tratan de probar que Julio Prado recibió grandes cantidades de dinero de su defendido y del antiguo socio capitalista de éste, el joyero Carlos Sánchez, por la venta de oléos cuya falsedad fue confirmada por los expertos del Museo del Prado. Uno de los documentos citados demuestra que Julio Prado recibió en concreto 15 millones de pesetas por un lienzo supuestamente pintado por el Greco, llamado La Sagrada Familia. Las investigaciones policiales fueron realizadas por la Brigada Especial del Patrimonio Artístico, que puso el resultado de sus pesquisas en conocimiento del Juzgado de Instrucción número 16. Su titular impulsó la investigación judicial, durante la cual declararon numerosas personas y los dos acusados se contradijeron frecuentemente.

Según la versión de Tavera, a finales de 1980 Julio Prado conectó con él "para que vendiera los cuadros de su familia, procedentes de las colecciones de Beragua, Aracena y otras". Los cuadros estaban avalados por expertos, y Tavera, según él mismo, se hizo cargo de la operación porque creyó que las obras eran buenas. "Estoy convencido de que Julio Prado también creía que eran auténticos", añadió.

Sin embargo, Julio Prado manifestó que sabía que los cinco cuadros que vendió a Tavera, aunque atribuidos a pintores importantes, "no eran auténticos, y por eso se los dejé en un precio entre 100.000 y 150.000 pesetas cada uno'". En opinión del conde de la Conquista, dado que Tavera es "un restaurador de primera categoría, pudo amañarlos para hacerlos pasar por buenos y conseguir al mismo tiempo que alguien certificara su autenticidad". Julio Prado recordó que Tavera había sido detenido en otras ocasiones por hechos similares.