El documento vaticano sobre la 'teología de la liberación', acogido como la más dura crítica de los últimos años al marxismo
La Prensa italiana destacaba ayer con unanimidad la tesis de que el documento emitido por la Congregación de la Doctrina de la Fe sobre Algunos aspectos de la teología de la liberación es en realidad, más que una verdadera condena de tal teología, un ataque durísimo al marxismo y a los regímenes del socialismo real.Para el Corriere della Sera, una condena en bloque de todo el mundo del socialismo real no se conocía en la Iglesia "después de la promulgación de la Pacem in terris, de Juan XXIII". También el diario comunista L'Unita subrayaba el hecho de que el documento vaticano "ataque sin precedentes al marxismo y a la metodología marxista", mientras ponía de relieve que no existe en todo el documento una simple alusión de condena a la teoría de la llamada seguridad nacional, que ha inspirado en Latinoamérica a la derecha reaccionaria y que fue, dice el diario comunista, responsable del asesinato del arzobispo de El Salvador Óscar Romero, "caído bajo las balas de los escuadrones de la muerte".
El diario conservador Il Tempo insistía en que el documento recalca con más fuerza que nunca "la irreconciliabilidad entre el cristianismo y el marxismo".
Y Ruggero Orfei, una de las eminencias grises de la Democracia Cristiana, católico practicante, comentaba ayer en Il Mattino, de Nápoles, que el Vaticano se ha encontrado en un aprieto porque se ha dado cuenta de que no podía condenar el concepto de liberación como cristiano sin condenar el mensaje fundamental de Cristo, y que por eso el Vaticano ha insistido más bien sobre la irreconciliabilidad entre fe y marxismo, y añade que difícilmente muchos observadores podrán dejar de ver en el documento "un apoyo a la campaña electoral de Ronald Reagan".
En el diario romano Paese Sera, el teólogo, Gianni Gennari, considerado como el cura rojo, amigo personal del difunto Enrico Berlinguer, escribió ayer una carta abierta al cardenal Ratzinger llena de amargura e ironía. Decía que "o es inútil como los ataques de don Quijote contra los molinos de viento o es profundamente injusto calificar de trágico el hecho de que hoy sólo en Moscú se piensa que el marxismo o se acepta en bloque o se rechaza". Añadía que existen muchos marxismos y que dentro del marxismo existen muchas realidades diversas, y recordaba que el mismo Juan Pablo II ha usado en su encíclica Laborem exercens las categorías marxistas para tratar el tema de la alienación. "Y ninguno, por este hecho, hemos acusado al papa Wojtyla de ateo", concluye el teólogo.
Los jesuitas, a favor
La Compañía de Jesús se pronunció favorablemente sobre el documento, a través de una declaración de su prepósito general, Peter Hans Kolvenbach, que publicó el diario vaticano L'Osservatore Romano. En su declaración, el superíor de los jesuitas señaló que "todos aquellos que, atraídos por opciones preferenciales por los pobres, han sufrido en estos últimos años a causa de las confusiones doctrinales y las desviaciones ideológicas en la lucha cristiana, por la justicia agradecerán este documento". Kolvenbach añadió que, "purificando, con una claridad apostólica, el discurso de liberación, el documento contribuye positivamente a la elaboración de una verdadera teología de la liberación humana auténtica, para actuar sobre la base de la experiencia sociopastoral y de la búsqueda dogmática".Por su parte, la Conferencia Episcopal brasileña señaló que acatará las directrices que se desprenden del documento vaticano, mientras que los obispos de Colombia, Ecuador y Bolivia elogiaron su contenido. El episcopado colombiano hizo público un documento en el que señala que las directrices vaticanas tienen como finalidad "llamar la atención de pastores, teólogos y fieles sobre las desviaciones provenientes del recurso a ideologías y métodos marxistas en que han caído algunas teologías de la liberación".
El papa Juan Pablo II recibió ayer en su residencia de Castegandolfo a Aloisio Lorscheider, cardenal arzobispo de Fortaleza,(Brasil), y a José Ive Lorscheiter, presidente de la conferencia episcopal brasileña. El primero asistirá como oyente al examen que afrontará el día 7 el franciscano Leonardo Boff ante la Congregación para la Doctrina de la Fe.
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