Los tripulantes del 'Santa Teresa de Jesús' se niegan a dirigirse a Marruecos por miedo a ser objeto de represalias
Los ministerios de Defensa y de Asuntos Exteriores cursaron ayer telegramas a la Comandancia Militar de Marina de Las Palmas para que el buque arrastrero Santa Teresa de Jesús salga hacia Agadir (Marruecos) para entregarse a las autoridades y devolver a los dos militares marroquíes que secuestró en la noche del domingo a madrugada del lunes. Sin embargo, a primera hora de hoy los tripulantes del barco se negaron a salir hacia Marruecos, alegando tener ninguna seguridad una vez llegados al país africano. El capitán del barco ha manifestado estar dispuesto a ir en avión a Marruecos con el teniente y el soldado.
El Ministerio de Asuntos Exteriores cursó ayer instrucciones a la Comandancia Militar de Marina de Las Palmas para que el buque arrastrero Santa Teresa de Jesús zarpe desde el puerto de Naos, en Arrecife (Lanzarote), hacia el de Agadir (Marruecos), según informó a EL PAIS la Oficina de Información Diplomática.Esta decisión de Exteriores responde al interés por parte española de que las autoridades militares marroquíes resuelvan sobre la aprehensión fallida del pesquero, que en la noche del domingo pasado puso rumbo a las Canarias aprovechando que se habían dormido los dos militares marroquíes que subieron al barco para obligarlo a ir a Agadir.
En las últimas horas se han realizado intensas gestiones entre los Gobiernos español y marroquí para solventar el problema creado, considerado como diplomáticamente embarazoso y como un caso inédito en la historia española de la pesca.
Ayer el cónsul marroquí intentó convencer a los 10 tripulantes para que llevasen el barco a Agadir, a lo que aquéllos se negaron rotundamente y, por el contrario, manifestaron su intención de partir hoy en avión a Alicante. Ante esto, la Comandancia de Marina de Las Palmas les amenazó con arrestarlos.
El pesquero, con base en Campello (Alicante), llegó a Naos a las 3.45 horas del lunes, llevando a bordo al teniente Rhanemi Abdallahk y al soldado Lahipili Abdelcrim, marroquíes, que abordaron la nave en el banco canario-sahariano por considerar que faenaba en aguas para las que no estaba autorizada.
En opinión de los armadores de Lanzarote, el buque debe partir inmediatamente hacia Agadir, a fin de evitar conflictos con el Gobierno de Hassan II. El Santa Teresa de Jesús fue autorizado ayer, por otra parte, a descargar la pesca que transportaba.
Sólo la falta de 1.000 litros en el depósito de combustible del arrastrero influyó en su patrón, Juan Bautista Sariz, de 39 años de edad, para, en lugar de cumplir la orden del teniente marroquí de dirigirse a Agadir, poner rumbo hacia el de Lanzarote, viaje en el que invirtió 600 litros de gasóleo.
Cuando arribó tenía aún 1.500 litros de combustible. De haber seguido las indicaciones de los dos militares, hubiera necesitado 2.200 litros para trasladarse desde Punta Stafford, donde faenaba el buque en el momento del apresamiento, hasta el puerto de Agadir. "Achicando hasta la última gota el combustible, tampoco hubiera podido realizar el trayecto que se me ordenó, y corría el riesgo de que el barco se fuera a la deriva", señala Juan Bautista Sanz, patrón del barco e hijo del armador del mismo, Bautista Sanz García.
Según el consignatario del arrastrero, Matías García Elías, cuando el buque llegó a Lanzarote se midió la capacidad de combustible que poseía en ese momento, "y quedó claro que el patrón obró bien, porque con el gasóleo que poseía no hubiera arribado al puerto africano". Asegura que su cliente tenía la intención de repostar y continuar viaje a Agadir, yo mismo llevé 3.000 litros de gasóleo al puerto, pero las autoridades de Marina impidieron que el buque partiera a las 8.30 horas del lunes, cuando tenía los motores en marcha".
La misma fuente afirma que el barco no fue interceptado por una patrullera marroquí, sino por un transporte marítimo que navegaba por la zona con un cargamento de camiones militares. Pocos momentos antes del apresamiento, el patrón del Santa Teresa de Jesús había sido alertado por un buque pesquero de la presencia en las proximidades de esta embarcación militar.
Dicha advertencia no fue tenida en cuenta por Juan Bautista Sanz, por considerar que pescaba dentro de la legalidad a seis millas y media de la costa.
Sin embargo, una lancha zodiac se acercó a la embarcación y el citado tertiente marroquí indicó a la tripulación que la licencia de pesca que poseían no les autorizaba a faenar en aquellas aguas.
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