España afronta la última etapa de su peregrinaje hacia la CEE

Mañana se incia el paso decisivo de España en su andadura hacia la Comunidad Económica Europea (CEE). En las próximas semanas, se deberán poner todas las cartas boca arriba si quieren cerrar definitivamente unas negociaciones que han arrastrado avances, estancamientos y retrocesos desde que se iniciaron. La última sesión, celebrada el 24 de julio, dejó un mal sabor de boca en ambas partes y la opinión pública volvió a oir a los propios interlocutores que las posiciones estaban de nuevo bastante alejadas.

La sesión de negociación a nivel ministerial entre España y la Comunidad Económica Europea (CEE) que mañana tendrá lugar en Bruselas es calificada de "útil" en los medios comunitarios consultados, después de que España decidiera presentar declaraciones sobre dos capítulos fundamentales -agricultura y desarme arancelario frente a la Comunidad-, documentos que, según el secretario de Estado Manuel Marín, "abren puntos de entendimiento con la Comunidad y margen de maniobra". Sin embargo, tanto por parte española como comunitaria se opina que, aunque puede haber sorpresas, la situación, no está aún madura para que el lunes salga un acuerdo decisivo de la sesión. La reunión crucial será la del 17 de septiembre.En agricultura, según fuentes informadas, España recoge el llamado "preacuerdo de Luxemburgo", por el cual se aceptaba en principio el sistema de dos fases -cuatro y seis años- para la integración del sector hortofrutícola. Sin embargo, España insiste que en este sistema de fases sólo queden integrados los productos realmente sensibles -por cuestión de mercados u otras razones justificadas- para la CEE, y en opinión española, los agrios no lo son. Asimismo, España reitera la necesidad de protegerse frente a la competencia comunitaria en productos continentales (cereales, cárnicos, lácteos y otros). Se tratal pues, de lograr un equilibrio de sensibilidades.

Entrar en detalles

"Hay que entrar en la discusión concreta para que los Estados miembros puedan reflexionar y volver con respuestas a la sesión del 17 de septiembre, que puede ser la fundamental", señala una fuente comunitaria.

En materia aduanera, España reiterará la necesidad de un desarme arancelario frente a los países comunitarios a lo largo de siete años, más lento en los primeros que en los últimos. En cuanto a los productos que entran con aranceles más elevados (superiores al 20%), los negociadores españoles solicitan que la CEE presente datos justificados y soluciones concretas. Este tema se abordó el viernes entre España y la Comisión Europea, pero no ha pasado aún al Consejo de Ministros de la CEE.

Los diez deberán presentar una declaración sobre el aceite de oliva si logran ponerse de acuerdo entre ellos, cuestión difícil dadas sus implicaciones financieras. Cuatro países, con Gran Bretaña y la RFA a la cabeza, quieren introducir techos de producción para toda la Comunidad, por encima de los cuales los precios garantizados por la CEE se verán reducidos. Y, como es lógico, Grecia e Italia, importantes productores, se oponen.

Los cálculos comunitarios estiman que con doce miembros, existiría un excedente anual de 230.000 toneladas anuales de aceite de oliva, y si se aplicaran todas las ayudas comunitarias a España, el coste representaría unos 900 millones de ECU (115.000 millones de pesetas) o una cuarta parte de la factura de la ampliación.

Y, sin embargo, por parte española, especialmente por parte del Ministerio de Agricultura, existe resistencia a entablar una verdadera negociación sobre el capítulo agrícola sin disponer de las propuestas comunitarias en materia de aceite de oliva y de vino. Este último producto es el caballo de batalla francés, al querer París una reforma de la reglamentación vinícola en toda la CEE para proteger a sus agricultores frente a la competencia. española y evitar la creación de más excedentes.

Negociación intensa

Los ministros de Asuntos Exteriores de la CEE se reúnen mañana en sesión monográfica dedicada a la ampliación. Han previsto al menos seis horas de debates internos antes de recibir en la tarde primero a los portugueses -que están a punto de completar el capítulo agrícola- y luego a los españoles, presididos -valientemente dada la escayola de su pierna- por el titular de Exteriores, Fernando Morán.

Los ministros de la CEE podrán abordar asimismo la cuestión del número de votos necesarios para tomar decisiones por mayoría cualificada en una Comunidad a doce, punto que sigue abierto de su propuesta en el capítulo institucional, pero punto sin el cual España no puede aceptar el número de votos que se le ofrece.

Manuel Marín se entrevistó el viernes en Bruselas con el vicepresidente de la Comisión Europea, Lorenzo Natali, para exponerle las líneas generales de los documentos, y expresó su "inquietud" por la falta de una respuesta comunitaria en materia de pesca -"estamos trabajando en ello", contestó Natali, aunque, según fuentes comunitarias, es difícil que llegue antes de octubre- y con el presidente del Comité de Representantes Permanentes, Andrew O'Rourke. Paralelamente se celebraron reuniones técnicas en materia agrícola e industrial.