Excelente acogida a 'El balcón abierto', la película de Jaime Camino sobre Federico García Lorca
Una excelente acogida ha merecido El balcón abierto, de Jaime Camino, presentada ayer en la sección Venecia TV. Su aproximación a la figura de García Lorca, a ese autor que, según palabras de Camino, "por sabido se tiene medio olvidado", ha conseguido interesar a los espectadores que han premiado la cinta con una larga ovación. Hoy Los zancos, de Carlos Saura, será la protagonista de la Mostra. Sus filmes llegan en un buen momento y comparten honores con Rivette, Resnais o Spielberg y Ferreri, lo que no deja de poder verse como un síntoma positivo de lo que se espera de él.
"El proyecto empezó a concretarse a raíz de una cena con una de las sobrinas de García Lorca, Laura, que tiene una mirada idéntica a la de su tío". Así explica Jaime Camino el arranque de su trabajo en el filme. "Entonces pensé en la posibilidad de hacer algo parecido a La vieja memoria, pero centrado en la Generación del 27. Luego, el propio trabajo de investigación me llevó hacia otros derroteros, a descubrir que mi guionista fundamental era el propio Federico".Se trata de una aproximación personal a la obra del escritor y dramaturgo, un discurso cuyo hilo conductor se entreteje a partir de palabras del propio poeta, en una selección regida por los criterios del propio director y de José Manuel Caballero Bonald, coguionista de la película.
"Evidentemente, hay muchos aspectos de la vida de García Lorca que han quedado fuera de El balcón abierto", añade Camino. "Por ejemplo, todo lo que se refiere a La Barraca o a la Genereración del 27 no está en ella. Si el filme arranca con imágenes de unos escolares que preparan un homenaje a García Lorca es porque pretendo que el público menos informado se sienta implicado en una historia que desconoce, que vea reflejadas sus dudas o lagunas".
Rafael Alberti, que forma parte del jurado internacional de la Mostra, ha felicitado efusivamente a Camino, contento de que la figura de su compañero haya aparecido en la pantalla de manera adecuada. El tan traído tema de la homosexualidad aparece, aunque sea tema central en la película, tratado de manera no conflictiva. En realidad queda integrado en un discurso coherente, salpicado por las presencias inquietantes de un Antonio Flores y una bellísima Amparo Muñoz, dentro de un contexto vagamente cronológico -la cronología es más personal que exactaen este caso-, una trayectoria que tiene mucho de aventura personal, que se centra especialmente en la infancia, el surrealismo, el viaje a Nueva York y la muerte del poeta, buscando siempre imágenes que transmitan el clima de su universo creador.
Una selección de lujo
Con Rohiner, Resnais, Rouch, Rivette y el refuerzo georgiano de loseliani, Francia es el país que, sobre el papel, mejor cine ha de presentarnos. Por el momento no ha decepcionado.L'amour par terre, de Rivette, es una nueva variación del cineasta sobre uno de los temas que se repiten en su filmografía: las relaciones entre realidad y representación, entre sueño y ficción, entre el autor y sus intérpretes. La fábula transcurre en un mundo protagonizado por personajes que, de una manera u otra, forman parte de una sociedad secreta y misteriosa, lo que no deja de ser también recurrente en la obra de Rivette. Esta sociedad se dedica a montar obras de teatro en pisos, a lo que podríamos denominar teatro de apartamento, con unos pocos y escogidos espectadores que deambulan por la casa con la sensación de espiar la vida cotídiana de unos individuos. Geraldine Chaplin y Jane Birkin, dos actrices que sobreviven gracias a ese tipo de teatro, son contratadas por un caprichoso autor y director que las lleva a su casa para que pongan a punto su última obra.
La vida entendida como representación, en un constante vaivén entre la invención y lo que viene predeterminado por el texto o las circunstancias, el autor visto como un chantajista que vampiriza a los actores, mientras éstos aparecen como los poseedores de uno de los secretos de la creación, lo que no impide que sean seres débiles e ingenuos, con cuya vanidad e indefensión profesional todo el mundo juega, son aspectos sobre los que va girando una trama cambiante.
L'amour par terre es un filme elegante, glacial, en el que no fal ta ese esprit típicamente francés que tan pronto resulta divertido como se convierte en irritante No supone nada nuevo dentro de la obra de Rivette, pero sí una continuación de un camino eirnprendido hace ya muchos años.
El georgiano exiliado en Francia Otar loseliani se ha adaptado bien a su nuevo domicilio y saca un gran provecho de su condición de extranjero. Les favoris,de la lune se ha presentado en la Mostra bajo pabellón francés. La película es divertidísima y loseliani, desde la objetividad y extrañamiento que le proporciona el haber nacido y vivido en Tbilisi, contempla los extraños hábitos sociales de los parisienses. Como los persas que Montesquieu utilizaba para analizar la sociedad francesa, los ojos de loseliani no están habituados a nuestra anormalidad, a ese caos ordenado en el que vivimos. A caballo entre el ensayo y el documental trucado, próximo también a las complicadas y laberínticas estructuras argumentales de un Rivette, el director georgiano se dedica a entrecruzar historias, personajes y objetos, en un frenético vaivén que todos creen controlar cuando, en realidad, posee a todo el mundo. Es un tejido argumental en el que el robo es protagonista y en el que los ladrones clásicos son los héroes. El resto no rapiña objetos, sino sentimientos, amores, libertades o pensamientos.
Les favoris de la lune es una obra repleta de gags, la gran mayoría de ellos estrictamente visuales o de puesta en escena, un filme a caballo de Godard y Tati, con un trabajo de montaje de imágenes y sonidos magistral, salpicado de planos retrospectivos que nos remiten a un pasado en el que asistimos a la creación de los objetos o ideas que luego, ya en tiempo presente, habrán de deteriorarse o destruirse.
Es sabido que Michael Ende ha desautorizado la versión cinematográfica que se ha hecho de su novela La historia interminable. Viendo la película se comprende la irritación del escritor.
Babelia
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