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LAS VENTAS

El Porteño quiere contratos

Desde que se abrió de capa en su primer novillo, se vio que El Porte fío quiere contratos. El venezolano salió esta vez dispuesto a conseguir ese triunfo completo que todavía no ha conseguido en La Ventas y pudo haberlo alcanzado en el quinto de la tarde, si no es porque pinchó tres veces antes de conseguir la estocada. Este fallo con el acero enfrió el entusiasmo del público, sobre todo el del variopinto conglomerado de extranjeros que abarrota los tendidos de sombra en estos festejos agosteños y que había jaleado al novillero durante toda su faena, incluso con gritos de ¡bravo!, insólitos en un coso taurino.La actuación de El Porteño en este quinto novillo, salvo el fallo a espadas, fue muy redonda en todos los tercios. Muy variado con el capote, que maneja con facilidad y amplio repertorio y más seguro en banderillas que en el primero de su lote, en el que había clavado muy desigual y fracasado en el intento de ejecutar un par al cambio. En el quinto estuvo más centrado con los palos y con la muleta hizo una faena entonada, con cierta ligazón y detalles de torero veterano, como cuando dio una rápida vuelta para aprovechar la querencia del bicho a los tableros y sacar un muletazo que no había podido conseguir citando desde los terrenos de fuera.

Plaza de Las Ventas

26 de agosto.Novillos de Francisco Rubio, mansotes, manejables. Juan Carlos Arranz: Silencio. Silencio. El Porteño: Ovación. Vuelta. André Viard. Silencio. Aplausos.

En un momento de la actuación de El Porteño, un espectador hizo notar, a voces, la semejanza del novillero con su compatriota Morenito de Maracay. Es posible que tenga un sentido similar de la lidia, pero el de Puerto Cabello parece tener más profundidad que el de Maracay en el toreo de muleta.

Sus compañeros de cartel anduvieron menos acertados en su actuación y no supieron sacar partido de las posibilidades que ofrecieron los novillos de Francisco Rubio, que no tuvieron más problemas en la muleta que el del insuficiente castigo que se les propinó a algunos en varas, como ocurrió con el segundo y el sexto. El último de la tarde era casi un toro y Viard no pudo con él. Tampoco se acopló el francés con el tercero, al que toreó sin aguante, hasta que se le coló en un pase con la derecha y decidió acabar con él de una estocada baja.

El debutante Juan Carlos Arranz parece estar todavía un tanto verde. En su primer novillo, flojo y de media arrancada, hizo un toreo frío y con precauciones. En el cuarto sacó algún pase con largura, pero no supo encontrar el terreno adecuado para construir la faena. Por no entregarse a la hora de matar, se hartó de pinchar a sus enemigos.

La buena colocación de Joselito Calderón en banderillas le permitió hacer un oportunísimo quite a Pepín Guerrero, que salió perseguido al clavar un par.

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