El Gobierno estará abierto a las propuestas de patronal y sindicatos, según Joaquín Almunia

El Gobierno acudirá a la mesa de negociación social, el próximo lunes, con una postura flexible y abierta a las propuestas de los agentes sociales, con el único condicionante de que las medidas que se propongan tengan como objetivo único la creación de empleo. Esta afirmación fue hecha por el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Joaquín Almunia, ayer, en Santander, adonde acudió para clausurar un seminario en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.El ministro reconoció implícita mente que la ausencia de CC OO de la firma del acuerdo no pondría en peligro éste, al tiempo que afirmaba que "prefiero no plantearme esa hipótesis". Almunia afirmó que contemplaba con esperanza -"sería aventurado decir con optimismo"- la negociación social que el próximo lunes se reiniciará, en Madrid, tras su aplazamiento, el pasado día 2. En su opinión, y en base a los planteamientos expuestos en las anteriores reuniones por las partes, no existen razones objetivas para pensar en un fracaso, añadiendo que sería "una irresponsabilidad que se diera por sentado que no va a haber acuerdo".

"La negociación", dijo Almunia, cuenta con tres protagonistas: Administración, sindicatos y empresarios; si uno de los tres falta, en su conjunto, el acuerdo quedaría desechado, al menos el tipo de acuerdo que buscamos ahora. Ahora bien, si se queda fuera una organización de uno de los tres componentes fundamentales, el problema no se plantearía de forma rotunda".

El ministro destacó repetidamente la postura receptiva del Gobierno en la negociación, hecho que destacados dirigentes de UGT habían reconocido públicamente en los últimos días. Dicha actitud abierta incluiría también la modificación del anteproyecto de Presupuestos del Estado, si con ello se contribuye al acuerdo social. De las palabras del ministro se trasluce un claro llamamiento al sector empresarial, por el que pasa la viabilidad de la concertación, toda vez que el concurso de UGT parece definitivamente obtenido.

Inversión y salarios

No es casual que el ministro de Trabajo incidiera en aquellos puntos ante los que las organizaciones empresariales se sienten más sensibles. La flexibilización del mercado de trabajo, iniciada con las medidas legales recientemente aprobadas; compromiso de no aumentar la inversión pública, confirmación de la baja de los tipos de interés y disposición a enfrentarse al problema de la fiscalidad sin una postura cerrada de principio.Algunos de estos temas, que no se encuentran directamente colocados sobre la mesa de negociación, están siendo tratados por el Gobierno en conversaciones paralelas con los sectores implicados. En relación con el futuro de la inversión pública, Almunia fue extremadamente crítico con los resultados obtenidos con el plan de empleo rural, afirmando que su efectividad futura está en relación directa con la reforma de la Administración pública. Criticó también el funcionamiento de las empresas públicas, que "en vez de ser un elemento dinamizador e incentivador de la economía, son un pozo sin fondo".

Almunia, que no quiso adelantar cuál sería la plataforma previa del Gobierno en la negociación, dejó entrever la posibilidad de aceptar que el incremento salarial que se fije en el acuerdo iguale el crecimiento de la inflación prevista para 1985, y que el Ejecutivo sitúa en un 7%, un punto por debajo de la estimada para el presente año. Ésta será, al menos, la propuesta que colocará sobre la mesa UGT, que intentará, además, clarificar los instrumentos mediante los cuales se va a distribuir el empleo que pueda generar el acuerdo, en torno a cuya cuantificación parecen existir importantes diferencias entre el Gobierno y los agentes sociales.

La ampliación de la cobertura de desempleo, otro de los planteamientos de UGT, podría ser aceptada por el Gobierno siempre que su aplicación no suponga un incremento del déficit presupuestario por encima de uno o dos puntos en relación con las previsiones del Ejecutivo.

Almunia insistió en que de lo manifestado hasta el momento por las partes durante la primera fase de la negociación no se deducen desacuerdos insalvables.