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El ordenador se introduce en los hospitales

El Plan Informático de la Salud prevé una mejora de la gestión sanitaria del orden de 100.000 millones de pesetas anuales

Saltando por encima de quienes le atribuyen la capacidad de deshumanizar totalmente los hospitales, el ordenador ha iniciado la conquista de esta parcela, que hasta ahora le estaba vetada. Al tiempo que los primeros ordenadores.comienzan a llegar a los hospitales españoles, de la mano del Plan Informático de la Salud -un ambicioso proyecto en el que se invertirán 5.000 millones de pesetas-, el Instituto Social de la Marina prepara la puesta en marcha de un proyecto informático aparentemente tan futurista como es el diagnóstico a distancia de las enfermedades que sufran los pescadores en alta mar.El objetivo de este plan es lograr la informatización total de la sanidad española, tanto en su vertiente médica como en la administrativa, aunque se haya dado prioridad a esta última, "para intentar racionalizar la gestión y planificación de la sanidad, debido a la situación caótica en que se encuentra", según indica Enrique Granda, jefe del servicio de informática del Insalud.

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Con este ambicioso proyecto, en el que se invertirán unos 5.000 millones de pesetas a lo largo de cuatro años, se espera lograr una mejora de gestión que repercuta en el 20% del gasto, lo que podría suponer unos 100.000 millones anuales, en opinión de Enrique Granda.

La informatización de los hospitales es quizá la parte más espectacular del proyecto. En una primera fáse se están realizando concursos para dotar a cada centro de un ordenador de tamaño medio, cuyo precio oscila entre 25 y 29 millones de pesetas. De los 121 hospitales que gestiona actualmente el Insalud, 23 ya lo tienen, y los 98 restantes contarán con él en un plazo no superior a tres años.

Con estos ordenadores se acometerá, en principio, la gestión económica y una serie de cuestiones médicas, como la admisión de pacientes, la clasificación de enfermedades, los informes de alta y la recogida de indicadores que permitan evaluar la calidad de la asistencia y el grado de satisfacción de los enfermos, con el fin de vigilar el cumplimiento de los derechos de los pacientes. También llevarán el control relativo a trasplantes renales y bancos de sangre.

Entre los hospitales que ya cuentan con ordenador, el ejemplo más llamativo es el del Ramón y Cajal, de Madrid, que, junto a cuestiones médicas del centro, se ocupa de centralizar la gestión del Insalud y el Ministerio de Sanidad. En el últifflo semestre de este año ha realizado un trabajo de lo más variado: nómina del ministerio, aplicación de farmacia y de almacenes, contabilidad del banco de sangre, oposiciones a médicos internos y residentes (MIR), control de personal, admisión de enfermos e incompatibilidades médicas, entre otras cuestiones.

Los ordenadores con que se dotará a los hospitales no serán, evidentemente, como el del Ramón y Cajal, que resulta demasiado potente para las necesidades de un centro sanitario, pero han de tener unas características básicas. "Queremos un ordenador que pueda crecer sin cambiar de sistema operativo y que sea integrable en el circuito de correo electrónico contratado por el Insalud este año y que está conectado con todas las provincias. Además, deberá poder transmitir datos y tener una capacidad de memoria importante", dice Enrique Granda, indicando que esa capacidad de crecimiento es fundamental para el desarrollo posterior, cuando se acometa la informatización de las historias clínicas.

Historias clínicas informatizadas

Esto, que a medio plazo es un objetivo para todos los hospitales, es ya una realidad en el servicio de oncología-radioterapia del Ramón y Cajal, que tiene. a su cargo el doctor Rafael Abad, quien ha puesto en marcha un nuevo método, original suyo, para informatizar las historias clínicas. Un sistema en el que fue ayudado por.el fisico Germán Rey, que se encargó del desarrollo de programas.

Para Rafael Abad, que ha sido tildado de utópico por su labor pionera en este terreno, la gran ventaja de informatizar un servicio es que "se puede controlar todo lo que ocurre en él en cualquier momento, desde las patologías de los enfermos hasta las fechas de altas y bajas (es decir, que se trata de sistemas de vigilancia continua). A esto hay que añadir que si un paciente entra en urgencias inconsciente, yo puedo tener su historia clínica en 20 segundos.

Pero no son éstas las únicas ventajas, ya que existe toda una serie de posibilidades accesorias que producen una agilización extraordinaria: "Los informes de alta salen automáticamente, con lo que se ahorra tiempo y trabajo, cuestiones fundamentales, dada nuestra escasez de personal. Además", indica el doctor Abad, "hace varias copias, lo que permite enviar el informe a todos los médicos que han estado relacionados con el paciente".

Esta rapidez en la obtención de los datos, sin tener que desplazarse continuamente por las dependencias del hospital, es un factor a tener muy en cuenta, puesto que un estudio realizado en el London Hospital británico puso de manifiesto que los médicos invertían un 15% de su tiempo en desplazamientos por los pasillos del hospital para visitar a sus pacientes o ir al laboratorio, a los quirófanos o al departamento de radiología.

Rafael Abad ha informatizado ya 3.000 historias clínicas de su servicio, junto a otras 3.000 de enfermos del síndrome tóxico pertenecientes al servicio de psiquiatría del doctor López Ibor. "Lo importante de las historias clínicas de López Ibor", señala el doctor Abad, "es que nos han permitido comprobar que podemos mantener una coordinación perfecta entre 30 especialistas y 21 centros diferentes de toda España".

Aunque en principio la informatización de las historias clínicas supone un mayor trabajo para el médico, que se traduce en un 10% más de tiempo empleado con respecto a la redacción convencional, en contrapartida, supone un ahorro del 40% de tiempo en las fases de visualización, emisión de fichas especiales y seguimiento clínico.

Para quienes piensen que las máquinas terminarán deshumanizando definitivamente los hospitales, el doctor Abad tiene argumentos tranquilizadores: "El ordenador", dice, "es un tonto rápido, una máquina que aprende datos, pero la decisión siempre tendrá que tomarla el médico, que no es sustituible".

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