Consulta desde alta mar

La máquina puede ayudar mucho a tomar decisiones a los médicos, sobre todo si se trata de casos límítes, como los previstos en el programa desarrollado por Rafael Abad para el Instituto Social de la Marina, mediante el cual, los pescadores que se encuentren en alta mar podrán consultar por teléfono sus problemas médicos. La historia clínica de los pescadores estará recogida en un banco de datos, que será abastecido con el resultado de los reconocimientos médicos a los que son sometidos periódicamente.Los barcos llevarán unas cartas, en las que se incluye el mapa del cuerpo humano numerado de manera que puedan indicar dónde está localizado el dolor y de qué tipo es. Cada tres horas se da un parte indicando el estado y evolucíón del paciente. Estos datos se introducen en un ordenador central, que, al disponer de los antecedentes, permite conocer la sintomatología a distancia y tomar la determinación de ingresar al enfermo o no. Se trata de un sistema que también podría ser aplicado en las zonas rurales aisladas.

Algo todavía más ambicioso se está intentando llevar a la práctica en Japón, donde, a través de un hospital totalmente informatizado, se controlará la sanidad de un área que, en principio, abarca a 100.000 habitantes, incorporando la atención sanitaria por control remoto y sistemas de emergencia médica. El objetivo es conectar este hospital con islas y regiones aisladas, de manera que se pueda desarrollar la atención primaria a nivel remoto mediante el uso de las comunicaciones, realizando las pruebas médicas y el tratamiento de los accidentados por medio de un sistema de emergencia médica.

Actuaciones preventivas

Un proyecto cuya aplicación parece muy remota en nuestro país, donde la atención primaria es precisamente el área donde se dispone de menos datos. Para cubrir esta laguna, y dado que no se pueden emplear medios excesivamente sofisticados, se comenzará por instalar inicroordenadores en los 200 centros de atención primaria que se van a crear. Estos aparatos se encargarán de almacenar los datos de los enfermos que acudan a ellos, clasificándolos para realizar una pirámide de población que permita actuar preventivamente sobre ciertos sectores, como niños en edad de vacunación, mujeres embarazadas, ancianos o colectivos con mayores factores de riesgo, y permitirán también la obtención de estadísticas de morbilidad. Además, se encargarán de realizar las citaciones previas de los pacientes y de llevar la agenda de los médicos, lo que contribuirá a lograr una distribución más racional del trabajo y a economizar tiempo.En el futuro, la existencia de bancos de datos que contengan información de todo el país permitirá hacer una planificación de la gestión a largo plazo, realizar encuestas epidemiológicas y, en definitiva, tener una visión real y completa del sistema sanitario y la salud de los españoles. Estos bancos de datos serán considerados "como un bien de Estado" en palabras de Enrique Granda, y podrá tener acceso a ellos el personal sanitario, aunque está prevista la privacidad de datos, es decir, que no figurará el nombre del enfermo, para preservar el derecho a la intimidad de éste.