Un experto denuncia el desarme estructural y unilateral de la OTAN
Unos gastos militares que no cesan de crecer llevan, sin embargo, a disponer de un número decreciente de armas. Es lo que Thomas A. Callaghan, experto norteamericano, califica -y denuncia- como el desarme estructural, y también unilateral, de la Alianza Atlántica, en un artículo publicado recientemente en la Revista de la OTAN. Callaghan preconiza la creación de una Comunidad Europea de las Industrias de Defensa que se dividiría el trabajo, equitativamente, con Estados Unidos.El desarme estructural es, a Callaghan, la situación que se produce cuando la estructura del presupuesto militar y las exportaciones de un país ofrecen un mercado demasiado reducido para el desarrollo de las armas. "Los costes de cada unidad de armas aumentan, y disminuye el número de armas que cada país puede comprar". Este fenómeno afecta muy especialmente a EE UU.
Callaghan considera que el desarrollo tecnológico se ha traducido en una baja de los costes en el área comercial, entre otras razones por la existencia de un mercado muy abierto. Pero éste no es el caso en el terreno de las armas, que a menudo constituyen un dominio separado y vedado, con cada país queriendo disponer de su propia industria militar.
Los países que no podían desarrollar ni producir los sistemas de armas importantes no podían, faltos. de divisas, comprárselos tampoco a otros países. Así se impuso un sistema de coproducción o fabricación bajo licencia, o de compensaciones. comerciales que, de hecho, aumenta los costes de las armas de la OTAN.
Coproducir es más caro
El texto, para ilustrar la ineficacia de los proyectos desarrollados en cooperación, cita a sir George Edwards, ex presidente de la British Airways, quien señaló que "cuando dos países llevan en cooperación un proyecto de armamento y se dividen todo al 50%, el coste para cada uno de ellos es las dos terceras partes del total inicial".Reduciendo drásticamente el número de sus armas ante la elevación de los costes, la OTAN, considera Callaghan, no podrá competir con el Pacto de Varsovia (que realiza mayor esfuerzo defensivo a un coste menor), por lo que reforzará su dependencia en las armas nucleares. "La cantidad tiene una calidad propia", señala el experto de la OTAN. Como solución, Callaghan aconseja medidas para reducir el coste de la producción de armamentos. "Pero será necesaria una estructura con dos pilares, y no multilateral", opina el experto, que propone la creación de una Comunidad Europea de las Industrias de Defensa, ligada a uña de las instituciones existentes, con la participación de los miembros europeos armados de la OTAN.
Este sistema debe producir armas a una escala intercontinental, con una división del trabajo entre Europa y Norteamérica, sin duplicación de los esfuerzos y con un reparto equitativo de las cargas y ventajas. Callaghan preconiza una especie de Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) para la OTAN en el terreno de los armamentos.
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