En cinco minutos comenzaremos los bombardeos contra la Unión Soviética, comentó en broma Ronald Reagan
"Queridos norteamericanos, me complazco en anunciarles que acabo de firmar una orden que deja fuera de la ley para siempre a los rusos; dentro de cinco minutos comenzaremos los bombardeos". La frase, que no es de ningún humorista norteamericano, fue pronunciada, con sentido del humor, por el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, cuando el pasado sábado, en su residencia veraniega del Rancho del Cielo, situado en las cercanías de Santa Bárbara, realizaba unas pruebas de voz momentos antes de grabar su tradicional discurso semanal radiofónico.
La broma, pronostican los observadores, puede costarle cara si los demócratas saben utilizarla en plena campaña electoral."No quiero comentar nada que esté protegido por el off the record -o sentido de algo que ha sido dicho en privado, pero no para ser citado- a propósito del presidente", comentó lacónicamente el portavoz de la Casa Blanca, Larry Speakes, al ser preguntado por la Prensa sobre la, cuanto menos, importante metedura de pata del presidente Reagan en un momento preelectoral en Estados Unidos.
Es sabido que al presidente Reagan le gusta bromear, en privado y en sus alocuciones públicas, como ilustran sus habituales conferencias de prensa.
Lo que ocurre es que la frase, de cierto valor indicativo de cuál es la obsesión de Reagan en relación con la Unión Soviética, puede tener el efecto de una bomba política en la campaña electoral para la presidencia de Estados Unidos, a disputar el próximo 6 de noviembre entre el actual presidente republicano, Ronald Reagan, y el candidato demócrata, Walter Mondale.
No es la primera vez que Reagan hace comentarios de ese estilo. Algo análogo ocurrió en relación con la situación en Polonia en octubre de 1982, cuando ironizó sobre los dirigentes de Varsovia.
Desde aquel momento, los servicios de la Casa Blanca y los técnicos y periodistas de las dos cadenas de radio, CBS y CNN, que graban los mensajes del presidente, llegaron al compromiso de no difundir nunca lo que el presidente dijera en plan privado antes de comenzar las grabaciones.
Pero el pasado sábado alguien pasó la pregrabación en repetidas ocasiones, llegando hasta los servicios informativos de la cadena de diarios Gannett News Service, primera que difundió la noticia, recogida rápidamente por el resto de agencias de prensa y diarios nacionales.
En un momento de relaciones tensas entre Estados Unidos y la Unión Soviética, con paralización de negociaciones sobre control de armamentos, la opinión pública estadounidense, inquieta por el temor de una guerra nuclear, puede interpretar de muy diversas formas la broma del primer mandatario de EE UU.
Lo que sí es seguro es que sus contrincantes demócratas con aspiraciones de llegar a la Casa Blanca -el candidato presidencial Walter Mondale y la aspirante a la vicepresidencia Geraldine Ferraro- no dejarán de bombardear electoralmente los deslices del presidente Ronald Reagan, que colocan en un aprieto innecesario a los republicanos.
La campaña electoral, centrada hasta ahora casi exclusivamente en la polémica de si habrá o no más impuestos, adquiere hoy tonos más pintorescos y divertidos.
Divertidos, siempre y cuando el pensamiento de Reagan, de 73 años de edad, no crea sinceramente que una de las vías para resolver las divergencias con la Unión Soviética pasa por decidir que "dentro de cinco minutos comenzaremos los bombardeos".
El presidente norteamericano felicitó el pasado lunes a los atletas estadounidenses por su recolecta de medallas en' los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, en los que no participaron la Unión Soviética ni la mayoría de los países del Este. Reagan asistirá mañana a la boda de su hija Patty en Los Ángeles y dará por concluidas sus vacaciones en California.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.