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Problemas de producción paralizan los preparativos de la última película de Littin

El cineasta chileno Miguel Littin lo tenía todo preparado. El viaje de las cuatro estaciones, proyecto cinematográfico, que lo ocupa desde hace dos años y medio, estaba a punto de empezar el rodaje dentro de unos días en Madrid, pero sucedió algo imprevisto. A escasos días del inicio de la filmación, con los actores en camino, los escenarios listos y el equipo haciendo los últimos preparativos, le comunican la quiebra técnica de la coproductora española. Todo se paraliza, el director se desconcierta, angustiado. "He filmado en las más difíciles condiciones. En la selva, sin presupuesto, entre disparos, en el exilio; esta es la primera vez que lo tengo todo tan organizado. A última hora viene alguien, te muestra un papel y te dice: hay quiebra técnica. ¿Qué puedes hacer contra eso?".

"Este guión ha sido aprobado por la comisión de tres países", nos dice Littin. "Tiene el apoyo oficial de dos cinematografías, la griega y la francesa, que apoyaron el guión por unanimidad. Esta es una película que se va a filmar en Grecia, España, Francia y con la participación de Argentina y Cuba. La parte de Chile será rodada en Madrid, en Fuencarral". El protagonista estará interpreta do por Burt Lancaster; los otros actores que participan son Ángela Molina, Bernard Blier, Stephen Auden, Charo López, María As qerino, Paula Molina y Teresa Pávez.El viaje de las cuatro estaciones es la historia del abuelo de Miguel Littin, que salió de Grecia en 1914, durante la guerra y la ocupación turca, y se fue a América. Durante la travesía conoció a un grupo de mujeres árabes que iban en las bo degas del barco con igual destino, en busca de America para escapar de la guerra. Iban en condiciones de desamparo total, y el único apoyo que encuentran en el viaje es este hombre que intercede por ellas frente a las circunstancias. El destino de este hombre y, estas cuarenta mujeres se va ligando de tal modo, que luego él no puede dejarlas, y cada vez que quiere bajarse en un puerto de América ellas no se lo permiten. Entonces él tiene que llegar hasta Argentina, cruzar la cordillera desnuda a pie con ellas, llegar a Chile y luego ir aldea por aldea con ellas entregándolas a sus jóvenes maridos, que han ido antes a América, y han trabajado para enviarles los billetes de barco. Va entregando una a una, hasta que llega a la última aldea y se queda solo para encontrar su propio destino".

"Es una historia que yo conozco desde niño, desde cuando yo veía a mi abuelo, que se sentaba en la puerta, al lado de una vitrola con un brazo dorado, un brazo de oro decían los vecinos, y entonces él solo, en cuclillas, como hacen los griegos, empezaba a cantar la música griega que sonaba en la vitrola. Toda la aldea era extraña, fuera del tiempo y de las distancias. La gente que pasaba delante de este hombre que cantaba en griego junto a la vitrola no entendía, pero sí comprendía lo que estaba ocurriendo. Desde su casa hasta donde yo vivía, más arriba, llegaban los ecos de esta maravillosa música, y toda la comuna parecía flotar a las cuatro de la tarde".

El momento propicio

El guión fue escrito a partir de la novela del mismo nombre que le publicará la editorial Gallimard. "Hace muchos años que quería hacer esta película, la historia siempre me fascinó. Cuando llegué a México y conocí a Buñuel, le conté la historia. Me dijo que no la hiciera todavía, que tenía que madurarla, que la escribiera primero en forma de novela, o lo que sea, y así lo hice", relata Littin.Miguel Littin (1942) se, inició muy temprano en el cine. Su primera película fue El chacal de Nahueltoro (1969) y le siguieron Camarada presidente, La tierra prometida, Las actas de Marusia, El recurso del método, La viuda de Montiel y Alsino y él cóndor.

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