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Córcega acude el domingo a las urnas sacudida por la crisis, la violencia separatista y el fracaso de la anterior asamblea

Corsica, Córcega, la Isla de Belleza, en pleno verano, como ahora hace dos años, vuelve a ser centro de actividad política y, como siempre, es una montaña en el mar, acogedora y bella, aunque azotada por la crisis económica y, sobre todo, por la pólvora y el plástico de los 250 atentados que, en lo que va de año, ha cometido el Frente de Liberación Nacional de Córcega (FLNC), el movimiento separatista que, en la campaña electoral, es la diana de todos, como su violencia es el tema central de discursos y polémicas. Córcega volverá a votar el próximo domingo, día 12, para elegir la Asamblea Nacional que emana de su estatuto particular, y esto, como consecuencia de la disolución de la anterior, creada con un mandato de seis años, de los que sólo cumplió dos.

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ENVIADO ESPECIALEl sol calienta como siempre y los corsos viven su vida, al margen del vértigo y del cartesianismo franceses, pero dos años después de la elección de la primera Asamblea algo se ha roto aquí, alguna ilusión se ha ahogado; esto es tangible para el viajero, y el primer interlocutor, Estephan Muraccioli, periodista, lo resume así: "A pesar del estatuto y de las esperanzas que despertó, el terrorismo no ha cedido y la política insular continúa dominada por su matasellos feudal, por los clanes que sirven intereses particulares, por el uso enigmático del dinero público; los corsos puede decirse que habían invertido mucho en esta Asamblea y, a la vista de su degradación, no es exagerado decir que da la impresión de que empiezan a despreciarla; otro fracaso sería tanto como el final de la institución".

Mítines para militantes

Los más conocedores aseguran que aquí cada cual ya sabe lo que va a votar, y esto quizá explica el desinterés por el discurso político profesional: "La gente oye lo mismo siempre y los mítines parecen fabricados para los militantes, que no son mayoría, ni mucho menos; en todo caso, se espera que el domingo los 200.000 corsos convocados a las urnas para elegir a los 61 miembros de la Asamblea, entre los 610 candidatos, acudirán en gran mayoría. Aquí la política la gente la lleva dentro, la ha mamado, y por eso no se nota mucho", afirma Muraccioli.Los corsos tienen que volver a votar porque su primera Asamblea histórica, la que el Gobierno socialista les concedió antes que a ninguna otra región francesa, por culpa del terrorismo y de su penosa situación económica hace pocas semanas se encontró bloqueada y tuvo que ser disuelta. El juego, esta vez, ha cambiado relativamente respecto a la elección de hace dos años. En primer lugar, las reglas no son iguales: en aquella ocasión se aplicó la ley proporcional íntegra, y por ello se presentaron 17 listas. Esto, en parte, es lo que después hizo que la Asamblea fuera ingobernable, ya que no fue viable la mayoría de izquierda que la constituyó. El próximo domingo se exigirá un mínimo del 57. de los votos para tener representación en la Asamblea. El primer efecto de este cambio de reglas del juego lo ofrece el número de listas, que ha bajado a 10.

Además de los partidos tradicionales centralistas y del autonomista, que ya figuró en los comicios de 1982, dos fuerzas políticas acuden por primera vez y podrían modificar el resultado y, sobre todo, podrían definir el futuro de la isla.

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Se trata de la lista de extrema derecha del partido Frente Nacional (FN), de Jean Marie le Pen, que llega precedido de su éxito en el continente, el pasado mes de junio, al conseguir el 11% de los votos en las elecciones europeas. En Córcega, en- esos mismos comicios, el FN obtuvo el 17%; ahora, algunos sondeos realizados no aseguran que consiga el 5%, pero roza ese porcentaje.

Un partido nuevo

El otro partido nuevo es el FLNC; es decir, no el movimiento separatista y clandestino precisamente, sino lo que pudiera llamarse su soporte político, el Movimiento Corso para la Autodeterminación (MCA). El voto por esta formación se interpretará como el de los corsos que apoyan la lucha armada contra el Estado colonizador de París. Los sondeos tampoco le garantizan al MCA. el 5%. Bajo otra sigla, de igual manera que los clandestinos del FNLC, en las elecciones de hace dos años, los que ahora integran el MCA invitaron a los corsos a no votar en aquellas elecciones, que calificaron de "trampa".Los partidos de la oposición nacional con servadora-liberal acuden juntos. La izquierda está unida en el norte de la isla, pero no en el sur (éste es un dato de especificidad corsa histórica). Y, por fin, el otro partido determinante en el terreno nacionalista (con el FNLC) es la Unión del Pueblo Corso (UPC), que por primera vez en 1982 acudió a las urnas y consiguió, el 10%. Los expertos creen que la UPC perderá escaños.

La situación de la isla no ha mejorado en nada, salvo en el terreno de la información autóctona (11 horas y media de radio en corso y un programa informativo en la televisión todos los días). El salario medio es un 20% inferior al del continente. Los ganancias medias de un hogar corso son inferiores también, en el mismo porcentaje, a las de un continental. Los precios son más altos en un 15% y el nivel de vida es alrededor de un 40% inferior al de los franceses continentales. El paro alcanza el 11% de la población activa. En resumen, según declara un político autonomista, "esto es lo que se llama un desierto cultural y económico, y ése es el problema y por eso el terrorismo y el nacionalismo a ultranza no pintan nada hoy en Córcega".

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