Razones del terror en Perú
En su informe sobre Perú aparecido el pasado domingo 8 de julio se aprecia una exposición del panorama político peruano a propósito de la convocatoria de elecciones generales hecha por el presidente, Fernando Belaúnde Terry, para abril de 1985. Y en dicho informe la objetividad no queda muy bien parada, pues se omiten hechos y circunstancias que, de hecho, marcan a fuego este Perú caótico de los ochenta. ¿Por qué se habla solamente del terrorismo de Sendero Luminoso y no se mencionan, por ejemplo, los fusilamientos extrajudiciales por parte de las fuerzas paramilitares de derecha bajo administración del Ejército? ¿Qué hay de los casi 150 desaparecidos denunciados por el Fedefam y el propio premio Nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel, durante su visita a la convulsionada zona de Ayacucho a mediados de mayo pasado? ¿Por qué no se incluye en ese panorama el impune crimen de ocho periodistas en Uchuraccay, en enero del año pasado, y la más reciente violación de la libertad de prensa al cancelarse un programa periodístico televisivo (Visión) conducido por César Hildebrandt por el hecho de denunciar la corrupción policial en sus propias cárceles? ¿O es que se piensa que tanto Pérez Esquivel como Hildebrandt son reos, de culpa por tener simpatías senderistas y, por tanto, dignos de ser ignorados? Todo esto para no hablar de la indiscriminada represión contra el movimiento sindical en protesta constante o la agresiva actitud policial para con la ciudadanía entera, producto de su trauma ante los ataques guerrilleros.Así como se resalta el hecho de que un general guatemalteco reconozca la actividad guerrillera en su país como producto inevitable de la miseria, asimismo se debería mencionar que la endémica situación de miseria del pueblo ayacuchano son causas de la guerrilla peruana y no pintarlos como terroristas sin apelación.-
periodista peruano.
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