Ronald Reagan busca, con sus medidas sobre Polonia, ganar el voto católico

Con la decisión dé levantar parte de las sanciones económicas aplicadas por Estados Unidos contra Polonia, confirmada oficialmente el viernes, el presidente norteamericano, Ronald Reagan, ha iniciado una operación de acercamiento hacia el voto de los ciudadanos de religión católica (unos 60 millones en EE UU).En su rancho, en Santa Bárbara, a unos 200 kilómetros al noroeste de Los Ángeles, donde Reagan pasa dos semanas de vacaciones, el presidente de EE UU recibió el pasado miércoles al embajador del Vaticano en Washington, Pio Laghi, antes de anunciar el levantamiento de algunas de las sanciones hacia Polonia impuestas por Estados Unidos.

Al consultar con el embajador del Vaticano, con cuya institución Estados Unidos estableció relaciones diplomáticas hace sólo unos meses, Reagan ha querido demostrar al electorado católico de EE UU que mantiene excelentes relaciones con Juan Pablo Il.

Geraldine Ferraro, católica y aspirante demócrata a la vicepresidencia, ha cuestionado recientemente la credibilidad religiosa de Reagan, por considerar que aplica una política social de discutible concordancia con los principios cristianos. Ahora, Reagan, con su entrevista con Laghi, intenta mostrar a la opinión pública estadounidense que hay un eje espiritual entre los conservadores y el Papa.