La Renfe y su ministerio

A pesar del interés y dedicación que su prestigioso periódico muestra por el conflictivo tema de los transportes en España, la opinión pública no parece sensibilizarse con él. Rara es la colaboración en esta sección que no sea una simple denuncia de malos servicios. Soy catalán y estudiante en Madrid de Ingeniería, especializándome en ferrocarriles y transportes, y ya va, siendo hora de que dejemos de acatar como niños las nefastas directrices de nuestro Ministerio de Transportes.En todas las administraciones europeas de ferrocarriles flota desde hace tiempo la gran duda de enfocar la gestión como empresa pública o privada. No obstante, el destino de una red de ferrocarriles de la envergadura de Renfe no puede ser fruto del capricho de un Gobierno dedicado en esencia a sanear cuentas públicas. Esto, si se me permite la expresión, es cutre, y a cambio del cierre del 20%, de la longitud de líneas de Renfe no se nos ofrecen más que cifras y palabras. Me parece un elegante sistema de engañar al país el reducir ahora a tan sólo 2.000 los kilómetros de líneas a cerrar, cuando de un principio se sabía que 3.000 eran demasiados. Si bien es cierto que está s líneas son altamente deficitarias en la actualidad, lo son precisamente por la inadecuada gestión quese hace de ellas, sin tener al respecto la más mínima imaginación para captar nuevos tráficos. En Cataluña y Aragón las líneas afectadas por el cierre son verdaderas obras de arte de la ingeniería de montaña y jamás se ha pensado utilizarlas para servicios de invierno de largo recorrido, a pesar del gran número de estaciones invernales de la zona. Esto, unido a una publicidad de calidad, al servicio de auto-expreso, a una correcta coordinación con la carretera y a unos servicios de cercanías con trenes de calidad, da en otros países buenos resultados. Pero, eso sí, hay que invertir para tener las cuentas claras. Hay que ofrecer un buen transporte para saber si realmente es rentable a la colectividad, y entonces decidir. El usuario debe saber que el ferrocarril está entrando en una nueva época y que ofrece soluciones que harían olvidar las pesadumbres de un puente aéreo. ( ... ).- Estudiante de Ingeniería Técnica de Obras Públicas.