La cuadratura del circo

De madrugada, en disco y recurriendo a sus primeras grabaciones, la aventura musical que años atrás pusieron en marcha Josep Zawinul y Wayne Shorter sonaba fresca, creativa, llena de fuerza. Pero muy poco rato antes, en directo y repasando el material de sus dos últimos elepés, la aventura se había transformado en tinglado, la frescura en jeta y la creatividad en juegos malabares. Del mismo modo que para castigo de sufridos oyentes se creó y consolidó en su día la radio-fórmula, Zawinul y Shorter pueden acabar con la paciencia de sus incondicionales si siguen exprimiendo con tanta desconsideración (¿será suya la responsabilidad, o tal vez de la discográfica que los cobija?) su vieja report-fórmula.A partir de Mr. Gone, los negocios de Weather Report comenzaron a rodar cuesta abajo. No hay aquí referencia alguna al estado de sus saldos bancarios, sino aquilatación de hasta qué punto han extenuado y dilapidado su capital musical. De no sentirse cansados y estériles los propios músicos, difícilmente hubiesen reconvertido con tanto desparpajo y abulia una de las bandas fundamentales dentro del jazz eléctrico de los setenta en una caricatura circense de su esplendoroso pasado.

Hoy por hoy, el paisajismo musical lo practican con mucha más inspiración y salero que Zawinul y Shorter gentes como Pat Metheny, Jan Garbarek u otros elementos punta de la cuadra ECM. Por otro lado, el bajista Victor Bailey y el batería Omar Hakin no han conseguido modificar o vivificar el sonido de la banda tal como parecía iba a su ceder en los primeros meses de, su incorporación a la misma.

Cuando WR se había librado dellastre Pastorius, a Bailey -o a quien/quienes manden en el grupo- le entra la nostalgia del Jaco, sólo que en peor, en más gratuito. Y si con eso no había bastante, Mino Cinelu se apunta al carro de la farándula y nos deleita con solos de triángulo (¿será el de las Bermudas?) y escarceos con tumbadoras que superaría cualquier bongosero gitano de la barcelonesa calle de la Cera.

Espejismos

Quien tuvo retuvo, y es elemental comprobar que bajo la fórmula Weather Report jamás se ha cobijado un grupo de indocumentados. Pero la gloria histórica suele conducir a espejismos distorsionadores, cuando se la toma como referente supremo. Tras una docena larga de conciertos de jazz en una semana, el cronista ya se ha acostumbrado a observar que el público tiene natural tendencia a aplaudirlo todo con muy similar intensidad. Los nombres pesan mucho, demasiado, y las indigestiones de gato siguen pagándose como liebre de monte.

Antes del consabido bis en forma de popurrí de grandes éxitos, hubo una presentación del invento con voz cibernética, detalle moderno donde los haya. Mucho antes, números gimnásticos y filigranas de lengua a cargo de Cinelu, un trabajo correcto aunque sobrecargado de malabarismos por parte de Bailey y Hakin y un estricto cubrir las apariencias a cargo de Zawinul y Shorter. ¿Y el sonido? Pues mal, gracias. En fin, que no todos los triángulos son isósceles y que resulta muy difícil lograr la cuadratura del circo.