Los transportes públicos

Ante todo, quisiera recomendar a los responsables de los transportes públicos y a sus empleados que si tienen ocasión, se fueran a aprender en algún país del Merca do Común (por ejemplo Inglaterra), lo que verdaderamente significa un servicio público. Parece ser que la Administración local o nacional, con su descuidada política de transportes, intenta promocionar la desidia del usuario y fomentar el consumo de medios de locomoción privados. Ya sea Renfe, con sus habituales viajes sorpresa, alineados como sardinas, entre temperaturas de 25 a 35º C, con retrasos dignos de aparecer en el libro de Guinness de records (por ejemplo un trayecto de una hora puede convertirse en cuatro o cinco horas) y sin recibir la más mínima información o disculpa durante todo el viaje. O ya sean los autobuses públicos, que arrollan al usuario con sus prisas y sus formas de trato y de conducción. O ya sea Iberia, que entre otras cosas, mantiene aún aislado el aeropuerto de Gerona de su capital (a 15 kilómetros) por no contar con una línea de autobuses, ni tan siquiera en los meses de verano (el aeropuerto de Gerona transporta alrededor de 800.000 viajeros al año, la mayoría extranjeros), siendo los taxis su único medio de transporte (2.000 pesetas ida y vuelta).Estos pocos ejemplos, parecen ser el reflejo de una política alimentada en el pensamiento suburbano-dormitorio del "pasa de todo tío", con el que nos van y vamos impotentemente acostumbrando, entre los que pagamos y los que cobran. El usuario debe pagar el billete de viaje o en su defecto una multa. El responsable (directivo o empleado) sólo piensa en cumplir su horario y cobrar. Quisiera final mente echarles una mano, sugiriéndoles que facilitaran más medios de participación, próximos y sencillos, como por ejemplo buzones, en donde el usuario pueda opinar, sugerir, felicitar o quejarse según sea su estado de ánimo o desánimo-