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Reportaje:Preparativos de los Juegos Olímpicos de los ángeles

La saga de los Amat: 20 años, cuatro hermanos, seis juegos olímpicos y dos medallas

Alex Martínez Roig

Pere Amat recogió, a los 20 años de edad, la primera medalla olímpica, del hockey español en Roma; era de bronce y se logró al batir a Gran Bretaña en el partido para el tercer puesto. Joan Amat, con 34 años, recogió la última medalla; era de plata y se logró en Moscú al perder en la final contra la India. Veinte años en los que siempre hubo al menos uno de los cuatro hermanos en unos Juegos Olímpicos. Pere, el mayor, estuvo en Roma, Tokio y México; Jaume, en Roma, Tokio -y Munich-, Paco, en Tokio, México y Munich; y Joan, en México, Munich, Montreal y Moscú, donde la saga terminó, por el momento. Cuatro de los hijos de los hermanos Amat ya juegan en equipos infantiles y alguno, como Santi Amat -14 años-, puede ser una nueva figura del hockey.

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Una jugada perfecta entre los hermanos Amat sería esta: Joan, el líbero, saca desde el borde del área; Jaume, el centrocampista, recoge la bola, levanta la cabeza y lanza un potente disparo hacia la banda izquierda; Pere, el extremo izquierdo, para la bola, sale disparado hacia la portería rival y centra sin apenas echar un vistazo a sus compañeros; Paco Amat, el delantero centro, siempre en el sitio ideal, recoge el pase de su hermano, regatea a varios contrarios y dispara para marcar. Durante años, los hermanos Amat repitieron una y otra vez esta misma jugada tanto en el Egara de Terrassa, su equipo, como en la selección española.Jugar juntos cuatro hermanos es una enorme ventaja. Ningún entrenador es capaz de hablar de "falta de compenetración". La saga de los Amat comenzó, sin embargo, de una forma modesta. Eran cuatro chicos con un jardín pequeño, pero suficiente para estar siempre jugando con el stick. Organizaban gimkamas en las que había que recorrer, con la bola pegada al stick, un complicado recorrido formado por botellas, sillas, mesas o cualquier cosa. Jugaban partidos -dos contra dos- en un jardín en el que tenían que driblar a varios y peligrosos árboles y diversas plantas que no podían ser ultrajadas porque "mamá se enfadaría". Apostaban para saber quién era capaz de introducir antes la bola en un minúsculo agujero. Luego, un día a la semana, jugaban un partido. "Llegábamos al campo y lo veíamos todo tan grande, tan liso, que para nosotros era facilísimo regatear a los contrarios", explica Paco Amat. "Después de jugar horas y horas para meter una bola en un minúsculo agujero, la portería nos parecia enorme".

Jóvenes seleccionados

Con esa facilidad, no fue extraño que desde muy jóvenes llegaran a la selección. Pere y Jaume viajaron a Roma con apenas 20 y 19 años, respectivamente. Paco, con 17, se

quedó entre los cuatro descartados de última hora. Pere jugó los tres últimos partidos, por lesión de Luis María Usoz, y Jaume no llegó a debutar. "La medalla de bronce fue algo muy importante", explica Pere Amat. "Nadie pensaba en ese éxito, fue inesperado". Joan Amat, con 14 años, se quedó en casa: "Recuerdo que celebramos la medalla, pero quizás no lo suficiente. Sólo cuando estás en unos juegos sabes lo duro y difícil que es conseguirla".

El bronce de Roma trajo consecuencias. En Tokio, con Pere, Jaume y Paco en el equipo, se logró el cuarto puesto: "Perdimos en la prórroga", explica Pere, "pero ya nos estaban esperando. No eramos la sorpresa. Creo que el hockey sobre hierba fue el primer deporte en España que tuvo responsabilidad olímpica, antes que el baloncesto o el balonmano, que entonces estaban en pañales".

A México fueron Pere, Paco y Joan. Los dos últimos repitieron en Munich, junto a Jaume, y Joan se quedó sólo en Montreal y Moscú. "Ir a los Juegos Olímpicos era lo más importante para nosotros", dice Joan. "Ahora hay incluso jugadores a los que no les apetece ir a una competición tan grande. Creo que los jóvenes tienen menos ilusión".

Paco, retirado hace tres años, cree que el fenómeno Amat es difícilmente repetible. "Empezamos muy jóvenes y, al multiplicarnos por cuarto, nuestro apellido se hizo más famoso que ningun otro en el hockey sobre hierba. Esa fue nuestra ventaja

Todos coinciden en que en el deporte español se están perdiendo las raíces. "Ahora todos los entrenadores insisten en

la forma física", dice Paco, "y olvidan la importancia de la técnica". "A mí dame 1,00 jugadores que dominan un stick y ya me encargaré yo de formarlos físicamente después. Los indios aprenden a regatear haciendo esgrima para esquivar al contrario", opina Pere. "Ahora hay poco tiempoIpara jugar. Los niños no tienen jardines y en casa no pueden jugar porque rompen cosas. Van a entrenarse una vez a la semana y se pasan una hora corriendo y sólo utilizan otra para tocar el palo", dice Joan.

A la hora de opinar sobre su calidad respectiva, Pere, el mayor, es el más rotundo. "Paco era el mejor. Jugaba un hockey espectacular. Algunos árbitros dejaban seguir una jugada, aunque hubiese una falta, para verla terminar".

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Sobre la firma

Alex Martínez Roig
Es de Barcelona, donde comenzó en el periodismo en 'El Periódico' y en Radio Barcelona. En EL PAÍS ha sido redactor jefe de Deportes, creador de Tentaciones, subdirector de EPS y profesor de la Escuela. Ha dirigido los contenidos de Canal + y Movistar +. Es presidente no ejecutivo de Morena Films y asesora a Penguin Random House.

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