_
_
_
_

Pietro Longo da su brazo a torcer y acepta dimitir por su supuesta relación con la P-2

Juan Arias

El Partido Comunista Italiano (PCI) ha ganado su primera batallla posberlingueriana: el ministro de Presupuestos y secretario general del Partido Socialdemocráta, Pietro Longo, acusado de haber pertenecido a la logia secreta P-2 de Licio Gelli, ha anunciado finalmente que abandonará Enrico Berlinguer antes de morir.

Hacía sólo 24 horas que el nuevo secretario general del Partido Comunista Italiano (PCI), Alessandro Natta, en su primera conferencia de prensa internacional, había calificado la presencia de Longo en el Gobierno como intolerable e indecente. Y al día siguiente se le había sumado el director de Repubblica, Eugenio Scalzari, quien en un editorial afirmaba que o Longo se decidía a irse en menos de 24 horas o debería intervenir el presidente de la República, Sandro Pertini.Y eso que a Longo había Regado a defenderle días antes, con un cierto patetismo, el presidente de su partido, el anciano y prestigioso líder histórico Giuseppe Saragat, quien llegó a acusar a la presidenta de la comisión parlamentaria sobre la P-2, la democristiana Tina Anselmi, de ser "una segunda Jomeini".

Hasta Bettino Craxi, presidente del Gobierno, que hasta el último momento había intentado salvar a Longo para que su dimisión no abriera una crisis en su Gabinete, tuvo que ceder. Y ante la Asamblea Nacional de su partido había adelantado ya el jueves la decisión personal del ministro de Presupuestos, dando a entender que Longo "tomaría una decisión responsable" por el bien del país. El líder socialdemócrata ha afirmado, en efecto, que se va para no crear problemas a Craxi.

Sin embargo, en un principio, Longo no sólo había dicho que no dimitiría, sino que había amenazado con destruir al actual Gobierno e, incluso, a la, misma fórmula política del centro izquierda, retirando todo su partido de la actual coalición en el poder.

A Longo sólo le queda ahora el derecho a exigir que también los otros políticos o personajes del aparato del Estado que figuran en la lista de Gelli (auténtica, según el informe final dela comisión Anselmi) empiecen a hacer sus maletas. Es lo que han pedido también los comunistas, quienes el jueves anticiparon que la caída de Longo sería sólo el primer capítulo de una crisis de Gobierno que el PCI juzga indispensable e ineludible para poder abrir un nuevo diálogo con el Partido Socialista.

Pero la respuesta de Craxi ha sido tajante: el Gobierno no sólo no dimitirá, sino que cumplirá los tres años que quedan de legislatura. "Y si otros quieren abrir la crisis, que lo hagan". Craxi ha sido también muy severo con sus adversarios intemos, quienes no le perdonan la derrota en las recientes elecciones europeas. El líder socialista niega que así haya sido, ya que su partido (con cuatro millones de votos), dijo, sigue siendo una fuerza indispensable para gobernar el país. Craxi derrochó ironía al referirse a la izquierda del partido, recordando que mientras que en el reciente congreso de Verona le había aclamado, ahora está conspirando contra él.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_