Nicolás Redondo afirma que existe "una prepotencia tremenda" en el área económica del Gobierno, que debe ser corregida
Nicolás Redondo, secretario general de UGT, dirige varias acusaciones al Gobierno: incumplimientos del programa, incumplimiento de promesas y de compromisos por determinados ministerios y política confusa. Y, también, "una prepotencia tremenda" en el equipo económico. Acusaciones dirigidas a un Gabinete cuya labor no es "en absoluto" negativa: posiblemente, opina, los avances hacia el Mercado Común y en la lucha antiterrorista justifican por sí solos la tarea de un Gabinete.
Redondo admite que puede llegar un momento en el que se convierta en un hombre incómodo dentro de la familia socialista, sobre todo "para algunos compañeros del Gobierno". Evita los ataques a Felipe González: "Yo creo al secretario general y presidente del Gobierno cuando dice que cada día es más socialista, pero lo tendría que manifestar en el día a día". Rechaza que exista un reparto de papeles en el que a Nicolás Redondo le toca hacer de conciencia crítica: No hay nada escenificado ni nada preparado. A mí me resulta difícil que, cuando el secretario general del partido dice que la política capitalista es la menos mala, yo tenga que salir al día siguiente mostrando mi desacuerdo".Pregunta. No falta quien dice que Nicolás Redondo ha sido una de las personas que han influido de forma notable en el desarrollo de la crisis de Gobierno.
Respuesta. Con plena honestidad puedo decir que las expectativas de crisis no las ha creado la Unión General de Trabajadores La UGT, como los medios de comunicación social, se encontró ante una especie de eclosión de una remodelación del Gobierno, y lo único que hicimos fue tomar nota de esta situación, manifestando nuestro criterio de que si es que va a haber crisis, convendría que se hiciese cuanto antes y que fuese amplia, tanto en el sentido numérico como en el cualitativo. Viendo que hemos pasado ya el ecuador de la gestión del Gobierno, sería bueno que esta remodelación sirviera para retomar todo aquello de ilusión y de esperanza que se creó el 28 de octubre, y relanzar la función del Gobierno con una mayor dinámica, con mayores iniciativas y con unas ciertas sensibilidades.
P. ¿Ha hablado de la crisis con el presidente del Gobierno?
R. Hace 15 días que no veo al presidente del Gobierno. No hablamos de la crisis ni en cuanto a personas ni en cuanto a áreas; tengo que decir terminantemente que no he sugerido al presidente del Gobierno ningún nombre ni tampoco, en el mismo grado, le he expresado reservas, y menos aún vetos, hacia ningún ministro. Ahora, eso no quiere decir que nosotros no estemos expectantes. Como una parte importante del PSOE, opinamos. Sí he expresado reservas al hecho de que existe una descompensación en el Gobierno, una imagen escorada, que se da una prepotencia tremenda en un área determinada, que es la económica, y que, paradójicamente, incluso algunos compañeros ministros responsables de áreas como la social están circunscritos en el área económica. Nos parece que tienen que existir en el Gobierno una serie de contrapesos que, en cierta medida, consisten en la existencia de ministros de áreas sociales que puede ser Trabajo, o Sanidad.
P. ¿Significa eso que debe haber ,alguien de UGT en el Gabinete?
R. Ya digo que nosotros no he mos propuesto nada. Para noso tros quizá sería más tranquilizador que no se recabara de UGT la participación en el Gobierno. Cuando se hizo anteriormente nos negamos de manera terminante. En el supuesto de que ahora volviese a pedirse nuestra presencia, será una cuestión personal de cada cual aceptar o no; segundo, será también un tema a discutir de manera fraternal en la ejecutiva de UGT; y tercero, habrá que ver en qué consiste la remodelación y su orientación. Tampoco se puede tratar de poner a alguien de UGT como si fuese la guinda de una tarta.
'UGT hará campana para salir de la OTAN'
P. La impresión existente es que la orientación que se pretendía dar a una remodelación era la contra ria a la que.UGT habría deseado
R. La verdad es que, como dije no tratamos de áreas específicas ni de personas específicas. Luego, ha habido cierta confusión, criterios y lucubraciones divergentes. Sí quiero decir, porque parece que se está filtrando que aquí hay una lu cha de poder, que esto no es la UCD, aquí no hay lucha de baro nes, la UGT no es un poder fáctico, y lo cierto es que las expectativas de remodelación han surgido del propio Gobierno o de aledaños del Gobierno. Así que imputable a la UGT, nada. Nosotros nos hemos limitado a opinar como una de las partes importantes de la pluriforme familia socialista.
P. ¿Será UGT beligerante sobre la permanencia en la OTAN?
R. Vamos a hacer la campaña a la que el partido está obligado ahora. Hay una cosa que nosotros tenemos que hacer para no dar lugar a comportamientos veleidosos: cumplir los acuerdos de congresos. El acuerdo del último congreso es que, en su momento, haremos una política activa para la salida de España de la OTAN. Comprendo que es difícil. Bien; esperemos al próximo congreso. Pero, mientras tanto, los dirigentes del partido, encargados de cumplir los acuerdos del congreso, hacen manifestaciones cuando menos chocantes, diciendo alguno, por ejemplo, que ha sido desde siempre atlantista, cuando en la campaña de octubre estaba defendiendo tesis contrarias. Hay un momento en el cual no se puede confundir a los compañeros. Yo creo que en la pluriforme familia socialista hay una cierta confusión, una cierta irritación, porque el marco ideológico, político, incluso ético, está un poco movido.
P. ¿Tiene UGT una posición definida ante ese congreso?
R. La ejecutiva de UGT, en su última reunión, se ha reafirmado en cumplir los acuerdos del congreso. Es decir, que cuando llegue el referéndum hará una política activa a favor de la salida de España de la OTAN. Y no somos ingenuos: comprendemos las graves dificultades y las presiones. Pero también somos conscientes de que este pueblo, que ha sido secularmente confundido y, a veces, engañado, creyó el 28 de octubre en que un partido iba a cumplir sus compromisos, que no digo yo que no los vaya a cumplir, estoy hablando hipotéticamente. Yo comprendo las dificultades; en esto no soy un fanático ni un estúpido pacifista.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.