Estados Unidos acepta conversar con Moscú sobre la desmilitarización del espacio

Estados Unidos aceptó en la noche del viernes la oferta soviética de entablar conversaciones sobre sistemas espaciales antimisiles, a cambio de reanudar las negociaciones sobre reducción de armas estratégicas START y sobre los misiles norteamericanos desplegados en Europa, según informó la agencia France Presse, que citaba fuentes de la Casa Blanca.

La respuesta norteamericana fue transmitida oficialmente al número tres de la Embajada soviética en Washington, Victor Isakov, que fue convocado al Departamento de Estado a tal efecto. Allí conversó con Michael Armacost, subsecretario de Estado para Asuntos Políticos.La propuesta del Kremlin, transmitida por conducto oficial y difundida por la agencia Tass, se refería al "inicio de conversaciones soviético-americanas, a nivel de delegaciones especiales, para prevenir la militarización del espacio", y agregaba que "la cuestión de la completa renuncia mutua a los sistemas antisatélites debería ser resuelta dentro del soporte de estas conversaciones", informa desde Moscú la agencia Reuter.

La oferta soviética avanzaba corno sede de las futuras conversaciones Viena, y septiembre, fecha para el comienzo de las mismas.

Robert McFarlane, asesor del presidente norteamericano, Ronald Reagan, para asuntos de seguridad nacional, dijo que Estados Unidos está dispuesto a conversar conjuntamente con la URSS el próximo mes de septiembre, en Viena o en cualquier otro lugar, sobre armas antisatélites y nucleares.

El asesor presidencial norteamericano negó que Estados Unidos establezca "precondiciones en la disponibilidad estadounidense" para dialogar sobre el "amplio campo armamentista". Señaló luego que la Administración Reagan "está preparada para discutir y definir mutuamente aceptables arreglos bajo los que puedan ser reanudadas las negociaciones sobre reducción de armas estratégicas y nucleares intermedias".

Según fuentes oficiosas soviéticas consultadas en Moscú por la agencia Efe, la vinculación norteamericana del tema de la desmilitarización del espacio al de la reanudación de las conversaciones de Ginebra sobre los misiles desplegados en Europa es, de hecho, "un rechazo norteamericano a la iniciativa de la Unión Soviética".

A juicio de estas fuentes, la actitud de la Casa Blanca indica que la Administración Reagan "quiere otra vez usar las negociaciones para enmascarar y continuar sus planes armamentistas".

De acuerdo con estos testimonios, Ilama la atención que la aceptación norteamericana de palabra de la oferta soviética se refiera a conversaciones preliminares sobre sistemas antimisiles y no mencione que la propuesta de la Unión Soviética se refiere a que, a partir del comienzo de tales negociaciones, deberá implantarse una moratoria al desarrollo y al emplazamiento de armas nucleares espaciales".

Según estas fuentes, Estados Unidos es el único país que se ha opuesto hasta ahora, en el marco de la ONU, a las propuestas soviéticas para impedir la militarización del cosmos. En su presupuesto para el año 1985, Estados Unidos tiene asignados 1.700 millones de dólares (unos 255.000 millones de pesetas) para lo que denominaron "guerra de las estrellas".