Las acusaciones contra sacerdotes aumentan la tensión entre Iglesia y Estado en Nicaragua
Las relaciones entre el Gobierno nicaragüense y la Iglesia católica han entrado en una nueva fase de tensión tras las acusaciones formuladas por los dirigentes sandinistas contra algunos sacerdotes, a los que han acusado de "actividades contrarrevolucionarias".
Sergio Ramírez, miembro de la Junta de Gobierno, pidió el viernes a los obispos nicaragüenses que pongan fin al "problema de los sacerdotes contrarrevolucionarios", durante su intervención en un programa de televisión en el que se refirió al caso del padre Luis Amado Peña, acusado de conspiración.
El sacerdote ha rechazado los alegatos sandinistas y se ha referi do a "un montaje publicitario contra mí y contra la Iglesia". El jueves fue asaltada su parroquia de Bello Horizonte por miembros de las organizaciones de masas sandinistas. El arzobispo de Managua afirma que el padre Peña "se siente inocente y no tiene por qué irse".