Defensa explica que el 'fusilamiento' de Abena fue un intento de dar mayor realismo al ejercicio

Tres portavoces del Ministerio de Defensa explicaron ayer en una conferencia de prensa que el simulacro de fusilamiento de dos vecinos del pueblo de Abena (Huesca) estuvo motivado por un intento de dar mayor realismo al ejercicio, y que los miembros de la unidad implicada estaban realizando las funciones de un ejército extranjero invasor y no del Ejército español. Además indicaron que el capitán Carlos Alemán, responsable de la unidad, ha realizado en esa zona ejercicios de guerrillas similares desde hace cuatro años, por lo que tenía cierta confianza con la población.

Lluís Reverter, responsable de la Direccción General de Relaciones Informativas de la Defensa (DRISDE), y el coronel Juan Jáudenes, designado por Defensa para investigar los hechos, señalaron que no querían justificar el simulacro de fusilamiento, .porque no es justificable". El teniente coronel Juan Bada, jefe del Estado Mayor de la División Operativa del Territorio número 1, afirmó que éste era el primer incidente ocurrido en los 5.200 ejercicios similares que llevan realizados.El coronel Jáudenes explicó que todo se debió a un malentendido horario, y recalcó hasta la saciedad que el ejercicio no figuraba una guerra civil, sino una invasión extrajera. En este ejercicio, enmarcado dentro de las prácticas finales del curso de unidades de mando de operaciones especiales, la Compañía de Operaciones Especiales (COE) número 62 actuaba como ejército de ocupación.

El capitán recibió una información de su mando superior sobre la existencia de dos confidentes de la guerrilla en la zona de Abena, y ordenó al teniente Jaime Iñiguez que cercara Abena y que fusilara al alcalde por colaborar con la guerrilla, pero no antes de las 20 horas, para estar él presente. El teniente, según el coronel Jáudenes, debió entender que el fusilamiento debía realizarse antes de las 20, y en unión de un sargento y 5 soldados entró en Abena a las 19.15 y convocó a los lugareños.

Las 12 personas presentes en la plaza no fueron advertidas de que el fusilamiento no era más que un simulacro. El simulacro se realizó a las 19.40 horas, y ante las escenas de tensión originadas por la descarga, el teniente y los soldados tranquilizaron a los habitantes. Al abandonar el pueblo los soldados se encontraron con el capitán, que llegaba en ese momento y que al saber lo ocurrido fue al pueblo a dar -explicaciones. Reverter señaló que la reprobación de lo ocurrido es unánime en el ámbito civil y en el militar, y que tanto el capitán como el teniente admiten que se excedieron y asumen su responsabilidad.