Destacada participación de artistas españoles en la 15ª edición de la Feria Internacional de Basilea
El pasado 14 de junio se inauguró oficialmente la 15ª edición de la Feria Internacional de Arte de Basilea, sin duda la más importante de Europa. La feria permanecerá abierta hasta hoy, y ha dado pie a una serie de actividades y exposiciones paralelas que refuerzan el protagonismo artístico de esta ciudad suiza, célebre por su destacado papel en este campo cultural. Desde el punto de vista del numérico, la representación española ha sido muy abundante.
Entre las diversas muestras que pueden visitarse durante el presente mes en Basilea, nos encontramos, por ejemplo, con la extraordinaria de escultura del siglo XX, al aire libre, que ocupa el bello espacio del parque -St. Jakob-Merian; la de Christo, en el Architekturmuseum, donde el artista búlgaro, nacionalizado norteamericano, llevará a cabo una acción ex profeso; una amplísima panorámica dedicada al compositor Stravinsky, Su mundo y su tiempo, que tiene lugar en el Kunstmuseum; y, en fin, citando sólo lo más relevante, la triple muestra individual de Francesco Clemente, Barbara Kruger y J. Hoizer en el Kunsthalle. Basilea es una ciudad no excesivamente grande, en la que existen 28 museos, dato elocuente de la importancia que se concede al arte.
Vehículo del mercado
El acontecimiento más relevante en estas fechas no es otro que la propia feria, caracterizada por ser el vehículo más potente del mercado artístico europeo. Como en ediciones anteriores, uno se puede topar allí con las más sorprendentes obras maestras de los principales artistas de este siglo, desde Picasso hasta los nombres actuales más rabiosamente de moda, lo que ha supuesto que la feria sea lugar de cita de los conservadores, marchantes, críticos y coleccionistas más conocidos de todo el mundo.Este año se ha dado un fenómeno que nos concierne directamente, porque España está sobresalientemente representada En primer lugar, a través de la Fundación General Mediterránea, la feria ha acogido una amplia muestra colectiva de Arte joven español de los años ochenta, titulada genéricamente Calidoscopio español, donde pueden contemplarse obras de más de una veintena de pintores y escultores de nuestro país: Luis Gordillo, A. Nagel, D. Villalba, C. Franco, Cherna Cobo, Miquel Barceló, Víctor Mira, F. García Sevilla, Antón Lamazares, A. Fraile, M. Lamas, G. García, C. León, J. C. Savater, Juan Martínez, Miquel,Navarro, G. Pérez Villalta, J. Plensa, G. Sánchez Hevia, Zush, F. Amat y A. Galván. Esta exposición, que cuenta con un excelente catálogo, diseñado por Diego Lara, y un no menos bueno montaje de Juan Ariño, se exhibió previamente en Dortmund y lo hará próximamente en Toulouse y Atenas, puede ayudar a dar a conocer mejor fuera el arte español actual. Pero no se ha limitado simplemente a eso la presencia española en la Feria de Basilea, porque, a través de galerías de nuestro país como Juana de Aizpuru, Juana Mordó, Buades, Joan Prats, Esfinge y Múltiple, están también presentes R. Canogar, J. L. Sánchez, J. Hernández P¡juán, Guinovart, Rafols Casamada, Pong, etcétera. En otros casos, los artistas españoles han sido llevados por galeristas extranjeros, tal y como ha ocurrido con Eduardo Arroyo -que, por cierto, acaba de obtener un notable éxito con su escenografía en el Piccolo de Milán-, Juan Romero o algunos de nuestros jóvenes que empiezan a rozar el estrellato, encabezados por Miquel Barceló, que se lo disputan las más importantes galerías del mundo, Víctor Mira y Ferrán García Sevilla. Junto a todos estos, en realidad, muchos otros nombres: R. Llimós, Leiro, A. Patiño, X. Vargas, C. Alcolea, Guinovart, Gabino, Felipe Candel, M. Mas, Schlosser, P. Simón, Uslé, etcétera.
Del resto de la feria en general, donde se pueden encontrar obras de cualquiera de los grandes maestros de la vanguardia históricajunto a la de los más recientemente afamados, es difícil destacar algo. Hay, sí, algún espectáculo que siempre llama anecdóticamente más la atención, como este año ha ocurrido con los American graffiti, traídos por la galería neoyorquina de Sidney Janis. Con todo, aquí es el espectáculo mismo de un mercado internacional de arte contemporáneo en plena pujanza lo que nos deja, desde la paupérrima perspectiva española, anonadados, a la vez que nos hace admirar más el esfuerzo de nuestro Arco por fomentar, contra viento y marea, un comercio artístico nacional, hoy en día aún comparativamente ridículo.
Babelia
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