El proyecto anterior resaltaba las desventajas del nuevo
La Introducción del proyecto de ley de Miguel Boyer, derrotado por la banca, resaltaba premonitoriamente las desventajas de la alternativa aceptada por Felipe González a propuesta del presidente de la AEB."Las desventajas de aplicar un tratamiento especial a este tipo de activos, renunciando a la información sobre quiénes son los detentadores en los mercados secundarios, a condición de practicar una retención más alta de la normal, son", según el proyecto de Boyer, "numerosas".
En resumen, recoge las siguientes:
a) Discrimina a los activos Financieros.
b) Produciría graves distorsiones en el impuesto sobre la renta.
c) Si la retención fuese liberatoria y mínima, habríamos convertido a ésta en un impuesto indirecto exonerando este tipo de rendimientos en el impuesto sobre la renta.
d) Obligaría a un tratamiento diferencial en el caso de que el adquirente fuese una persona física o una persona jurídica.
e) "La posibilidad de crear sociedades ficticias e interpuestas en el momento de la emisión, a efectos de burlar la retención, tendría que llevar a la Administración tributaria a presumir, legalmente y a efectos fiscales, que nunca la emisión se hace a un tipo inferior al de mercado, con las dificultades de cuantificar este último".
f) "La carencia de transparencia fiscal y el efecto de ocultación que tendría para los impuestos de renta de las personas físicas, del patrimonio y de sociedades, podría hacer perfectamente rentable este tipo de activos, aun cuando soportasen una retención liberatoria muy elevada. Este mercado quedaría, casi con toda seguridad, reservado para inversores de dinero negro", y según la introducción del primer proyecto de ley perdido por Miguel Boyer desde que llegó al Gobierno, "expulsaría a otros inversores".
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