Juzgados tres 'etarras' por los secuestros de Saturnino Orbegozo y Mirentxu Elósegui
Los miembros de ETA Político-militar Gregorio Manso Martija, José Ignacio Odriozola Sustaeta y José Antonio Ostolaza Izaguirre comparecieron ayer ante la Audiencia Nacional, donde fueron juzgados por su participación en los secuestros del industrial Saturnino Orbegozo y de Mirentxu Elósegui, hija del propietario de una fábrica de boinas de Tolosa (Guipúzcoa). Ninguno de los dos ex secuestrados compareció al juicio al que estaban citados como testigos.
El fiscal solicita para Odriozola 41 años de reclusión por dos delitos de detención ilegal, tenencia ilícita de armas, utilización ilegítima de vehículo a motor y colaboración con banda armada; para Manso, 30 años de prisión por delitos similares; y para Ostolaza, siete años por detención ilegal. Igualmente pide indemnizaciones de 10 millones de pesetas para Saturnino Orbegozo y de cinco millones para Mirentxu Elósegui por "el conjunto de daños fisicos y morales padecidos durante el secuestro". El fiscal solicita que Odriozola reintegre a Mirentxu Elósegui los 12 millones de pesetas pagados a la organización por su liberación.Los defensores de Manso y de Odriozola solicitaron que se impusiera a cada uno de sus patrocinados penas de seis meses y un día de prisión por el delito de detención ilegal. El abogado de Ostolaza pidió la absolución.
Según el escrito de conclusiones provisionales del fiscal, Gregorio Manso, en unión de otro miembro de la organización que se encuentra en rebeldía, secuestraron el 14 de noviembre de 1982 en Zumárraga. Posteriormente lo trasladaron a las cercanías de Beasáin, donde se incorporó Ostolaza, y llevan al industrial hasta una borda (construcción primitiva utilizada para guardar ganado) en las proximidades de Donamaría (Navarra). Allí quedó Manso custodiando a Orbegozo, y posteriormente llegó Odriozola. El 30 de diciembre una pareja de la Guardia Civil liberó al secuestrado.
Por otra parte, José Ignacio Odriozola y otros dos rebeldes secuestraron a Mirentxu Elósegui el 12 de junio de 1982 en su domicilio de Tolosa. Los etarras exigieron 50 millones de pesetas de rescate, aunque tras las negociaciones la cifra fue rebajada a 12 millones y Mirentxu fue liberada.
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