La jubilación forzosa de los funcionarios
De todas las medidas que introduce el proyecto de ley de Reforma de la Función Publica, ninguna tendría mayores consecuencias sociales y humanas que la que adelanta -unilateralmente- la edad de la jubilación forzosa.Es evidente lo que significaría para los funcionarios: la expoliación de cinco años de su vida para incorporarlos al ejército de pensionistas mal pagados, en virtud de una medida irracional (según los científicos, no hay disminución del rendimiento intelectual hasta bastante después de los setenta), inhumana (altera los planes de vida de un millón y medio de ciudadanos), contraria a lo que se hace y piensa en el mundo (en EE UU, la ley de 6 de abril de 1978 suprimió la jubilación forzosa antes de los 70 años) y posiblemente inconstitucional, por infracción de los artículos noveno (irretroactividad de las medidas restrictivas), 14 (igualdad ante la ley) y 35.1 (derecho al trabajo).
El daño social de esta medida se harla máximo al aplicarla a los profesores universitarios: primero, porque su formación (desde que inician sus estudios sistemáticos hasta que están, a su vez, en condiciones de preparar a otros científicos) rara vez dura menos de 30 años, con un esfuerzo y un coste: enorme para ellos y para la sociedad: utilizar sólo durante 20 o 25 años este costoso capital humano y arrinconarlo cuando está todavía en pleno rendimiento es no sólo un lamentable despilfarro de recursos, sino un verdadero crimen económico; segundo, porque desde hace años se afirma en las más prestigiosas revistas inglesas y norteamericanas que la mejor edad para el ejercicio de la docencia universitaria es la que va de los 62 a los 72 años: a esa convición responde la creciente importancia de los emeritus professors, distinguished professors, etcétera, en esos países; tercera, porque aplicar a la Universidad española lajubilación anticipada supondría que, entre 1984 y 1985, se retirarían 222 de sus 1.623 catedráticos, es decir, el 13%. En el momento de transición en el que se encuentra, y escasa como está de medios personales y materiales, difícilmente se repondría de esta tremenda amputación. -
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.